Thursday, September 3, 2009

LA SELECTA CONTINUA PREPARANDOSE EN UTAH

A la selección de El Salvador ya se han integrado sus tres jugadores faltantes, Cheyo, Zelaya y Castillo, y la prepración para el duelo contra E.U.A. entró en su recta final.

Nunca en este proceso fue tan difícil juntar a los seleccionados salvadoreños, pero finalmente están unidos los 22 jugadores convocados por el técnico Carlos de los Cobos para enfrentar el duelo decisivo contra Estados Unidos, por la hexagonal mundialista de la CONCACAF. Las mejores armas del fútbol salvadoreño eran requeridas, y aquí están.

El encuentro fue en el Hotel Provo Marriot, a una hora en auto del centro de Salt Lake City. Cerca de la medianoche entre miércoles y jueves, Eliseo Quintanilla (Ermis de Chipre), Rodolfo Zelaya y Christian Castillo (ambos del León mexicano) llegaron al sitio de concentración de la azul, subieron a sus habitaciones, descansaron lo que pudieron por unas horas, y a las 8:30 a.m. ya estaban en el bus que los llevó junto a sus compañeros a la cancha de la Universidad Brigham Young, donde se llevó a cabo el entrenamiento vespertino.

Fueron las últimas tres piezas que le faltaban al rompecabezas del técnico para afrontar una jornada decisiva, un todo o nada en el sendero mundialista regional, y por eso apenas hubo tiempo para pegar un rato los ojos justo antes de meterse de lleno a las intensas sesiones físicas que comanda el chileno Álvaro Briones.

Quintanilla, Castillo y Zelaya trabajaron tan duro como todos, al igual que Alfredo Pacheco, Ramón Sánchez y Arturo Álvarez, los legionarios de la MLS que se habían sumado un día antes, todos apegados a las leyes FIFA que mandan a que sus clubes los liberen para sus selecciones poco antes de las fechas de eliminatorias.

Pero no hay prisas. Es cierto que el proceso de preparación en este caso tendrá al equipo completo sólo dos días, pero De los Cobos sabe que no en vano este proceso lleva ya tres años: “Todos los muchachos se conocen bien, ya entienden la idea de cómo jugamos. No tiene que haber problema por los jugadores que vinieron hasta hoy, ellos se adaptan pronto.”

Y el míster está en lo correcto. Todos los legionarios, a excepción de Álvarez, han formado parte de todo el camino premundialista que arrancó hace más de un año, y ya saben cómo manejarse dentro del grupo, entienden sus códigos y sus reglas.

AISLADOS

Los seleccionados califican como “provechosa” esta semana de concentración. Y el ambiente que percibimos justifica esta impresión. La ciudad de Provo es tranquila, fresca, rodeada de montañas. Las calles son limpias. Un sitio ideal para retirarse y vivir en paz (por cierto, el veterano actor Robert Redford vive aquí) o bien para desenredarse de los apuros diarios y pensar sólo en fútbol.

Ese aire se ve reflejado en los rostros de los jugadores, que incluso se han librado de los medios de comunicación. Ayer por la mañana, EL GRÁFICO fue el primer informativo salvadoreño que presenció en vivo una de las prácticas en Utah. Fue en una de las canchas alternativas del equipo de fútbol de la Universidad Brigham Young, bajo un cielo despejado y sobre un corte de grama impecable.

Las instalaciones son de primer nivel, con engramillados artificiales y naturales, con áreas techadas y al aire libre. A la selección de Estados Unidos se le ofreció incluso trabajar aquí, pero según Chris Watkins, técnico del equipo de BYU, quien presenció la sesión de la azul, “la gente de la federación (gringa) prefirió irse a las canchas de Park City (otra ciudad cerca de Salt Lake City), porque es un sitio más sofisticado”.

Estas canchas de la BYU fueron conseguidas por un viejo conocido del fútbol salvadoreño, Jorge “el Conejo” Liévano (ex FAS, Alianza; seleccionado nacional mundialista en 1970) , quien vive con su familia en esta zona desde hace años. El yerno de Liévano, Craig Corbett, trabaja en la universidad, y eso facilitó la operación.

El defensor Manuel Salazar explica cómo ha servido este escenario: “Ha sido una semana excelente. La manera en que se han aprovechado las prácticas es impecable, todo –el hotel, las canchas, el ambiente- se ha prestado para hacer un buen trabajo en esta concentración”.

Ese optimismo fue explotado por el preparador físico. De entrada, Briones espaviló a sus dirigidos, como ha hecho a los largo de la semana, con vueltas repetidas a la cancha; luego, ejercicios para ajustar la potencia y la intensidad. Se sabe que una de las premisas de este equipo es luchar los 90 minutos ante Estados Unidos, sin regalar nada, y el especialista chileno está ajustando las tuercas necesarias para ello.

“La preparación en Utah ha sido muy provechosa”, dice De los Cobos. “Tenemos seis sesiones ya realizadas, y hemos ido mejorando. Es poco el tiempo de trabajo, pero los muchachos han apurado el proceso de asimilación de la idea que queremos plantear ante Estados Unidos. Tenemos confianza de que haremos un buen partido.”

Hoy, el trabajo continuó en la tarde. Tras el almuerzo, justo a mediodía en un salón privado del hotel, los jugadores pudieron descansar, relajarse, y más tarde volvieron a la universidad para reanudar la preparación y seguir pensando en Estados Unidos.

El grupo está completo. Locales y legionarios están trabajando y tienen pocos distractores que lo alejen de su objetivo. Utah les presenta un ambiente menos intenso que cualquier otro estado con mayor presencia latina, pero también da la ventaja de encerrarlos en medio de sus montañas para que el deseo de victoria, mañana en el estadio Río Tinto, sea mucho mayor.

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