El Inter ganó el derbi de Milán y dio un golpe de autoridad en el Calcio. Se afianza en el liderato y consigue una ventaja de nueve puntos sobre su gran rival, que tiene un partido menos. Milito, nada más empezar, y Pandev, ya en la segunda parte, sentenciaron un partido en el que fueron expulsados Sneijder, con roja directa en el minuto 25, y Lucio, por doble amarilla, en el 85.
El holandés salió del campo tras una entrada de Beckham que mereció una tarjeta que el árbitro no le enseñó. El holandés le recriminó al colegiado con ironía, aplaudiéndole en su misma cara. Rocchi no lo dudó y le echó. Lucio también tuvo que marcharse. Fue por cortar con la mano un remate de Huntelaar que fue castigado con penalti. Ronaldinho, que tuvo una actuación tibia, por debajo de lo que demostró en los dos partidos anteriores, contra Juventus y Siena, desaprovechó el penalti. Julio César le adivinó el lanzamiento y despejó el balón.
El Inter pudo sentenciar el partido en el primer cuarto de hora. Pero sólo Milito fue capaz de aprovechar su ocasión. Las dos que tuvo Pandev se fueron al limbo. Este mismo jugador acertó después con un gol de golpe franco en el que Dida pudo hacer algo más.
El portero estuvo lento y poco decidido en esa jugada. Como su equipo, el Milán, durante todo el partido. Aún así, los rossoneri pegaron un arreón al comienzo de la segunda mitad. Pero la alegría apenas les duró un minuto. Fue el tiempo que necesitaron Seedorf y Ronaldinho para, con dos remates consecutivos, rozar el gol. Primero el holandés de cabeza y luego el brasileño con una media volea.
Desánimo.
Al marrar esas oportunidades, el Milán volvió a la lentitud y el desánimo. Mientras el Inter insistía a la contra y parecía más y mejor dispuesto para llevarse el partido, como sucedió finalmente. Mourinho celebró la victoria como si valiera media Liga, y lo mismo hizo su presidente, Moratti, que lo vio desde el palco. El Milán bajó los brazos y agachó la cabeza. No pudo aguantar el ritmo del rival pese a que estuvo en superioridad casi todo el partido. El mejor fue Milito porque Sneijder, que llevaba camino de serlo, se autoexpulsó. El holandés, eso sí, dejó un tiro al poste marca de la casa.
