La 'operación Robinho' entra en su fase decisiva. El refuerzo prioritario que quiere el Barça para el mercado de invierno ya tiene el dorsal preparado en el Camp Nou si las negociaciones llegan a buen puerto. Si finalmente Barça, Manchester City y Robinho alcanzan un acuerdo, al delantero brasileño le aguarda en la taquilla del Camp Nou el '7', un número cargado de simbolismo tanto en el Barça como en la selección de Brasil.
La camiseta con el '7' que lucieron habitualmente en el club azulgrana ilustres referentes como Estanislao Basora, Carles Rexach, Alan Simonsen, 'Lobo' Carrasco y Gary Lineker –en la era en que los dorsales se asignaban por demarcación– o Luis Figo y Henrik Larsson –cuando ya eran nominales– está vacante desde que Eidur Gudjohnsen se fue al Mónaco en verano. Aunque el número con el que se asocia a Robinho es el '10', hay que recordar que en sus inicios en el Santos ese dorsal era para Diego, hoy en la Juventus, así que el actual delantero del City empezó luciendo precisamente el '7', un dorsal tan noble en Brasil que lo portaron, por ejemplo, los mismísimos Garrincha o Jairzinho.
Dejando claro que, naturalmente, la única motivación del Barça para intentar la incorporación de Robinho es pura y estrictamente deportiva, no hay que menospreciar las ventajas mediáticas y mercadotécnicas que ofrece su eventual llegada. Eso en el club azulgrana lo tienen muy presente, en especial desde que la directiva actual se hizo con el mando en 2003. Lo primero que se hizo entonces fue ponerle el '10' a Ronaldinho.
Con Robinho, el Barça recuperaría mucho terreno en la atención de la Brasil futbolística. Con Maxwell recién llegado, el representante más reconocido en la actual plantilla azulgrana del país del 'jogo bonito' es Dani Alves, quien pese a ser para muchos el mejor lateral del mundo, es suplente de Maicon en la 'canarinha'. Con el éxito de Evaristo, Romario, Ronaldo o Rivaldo en el recuerdo, Robinho suspira por ser como ellos. Hasta ahora su talento se ha quedado a medias, pero Barça y Brasil forman un cóctel que históricamente ha funcionado. Robinho será el referente ofensivo de la 'seleçao' en el próximo Mundial junto al madridista Ricardo Kaká.
En el vestuario del Camp Nou todos los dorsales considerados mediáticos están meticulosamente asignados, sin capricho alguno. Así, el argentino Leo Messi luce el '10' que heredó de Ronaldinho. El sueco Zlatan Ibrahimovic se quedó con el '9' que dejó Samuel Eto'o. Xavi Hernández prefirió en su día el '6' para evitar su primeriza comparación con el que hoy es su entrenador, Pep Guardiola, que fue el '4' por antonomasia desde la marcha de Ronald Koeman en un número que hoy pasea Rafa Márquez, una buena vía de enganche al mercado mexicano. Dani Alves corre con el '2', Andrés Iniesta se enfunda ese '8' que tan bien le pega porque se asocia a la tradición del interior de toda la vida, mientras Carles Puyol es el '5' o Gerard Piqué el '3' que definen a los clásicos centrales. Victor Valdés deja ver en su espalda el '1' del portero titular y Bojan Krkic tiene el '11', otro dorsal noble. De manera que del '1' al '11' el único número sin dueño hoy en el Camp Nou es el '7'. Está claro: se lo guardan a Robinho
