Thursday, November 12, 2009

EL CAMERINO DEL REAL MADRID ES UN POLVORIN


Manuel Pellegrini vive sus momentos más delicados desde que ocupó el banquillo del Real Madrid. En estos cinco meses de trabajo, el técnico chileno se ha granjeado la desconfianza de la cúpula madridista -básicamente del presidente Florentino Pérez-, pero desde el martes cuenta también con la oposición de la afición y con las dudas de un vestuario que se ha convertido en un polvorín a punto de estallar.

El KO copero ante el Alcorcón no ha hecho más que desbordar el caldo de cultivo que se viene cociendo desde hace semanas. Concretamente, desde que Guti ha desaparecido de las convocatorias y Raúl ha dado con sus huesos en el banquillo. Dos malos enemigos para un técnico dentro del vestuario blanco, como bien recordará más de uno de sus predecesores. Estos dos casos se le están yendo de las manos a Pellegrini y la tensión se palpa dentro de la plantilla.

La relación con el resto de futbolistas no es mala, pero éstos no acaban de entender los planteamientos de su entrenador. El once que presentó ante el Alcorcón y el cambio de Lass fueron la gota que desbordó el vaso. Más de un jugador, al acabar el partido, no dudó en mostrar su perplejidad -en petit comité, por supuesto- por ese centro del campo tan defensivo que puso en liza Pellegrini cuando el objetivo era hacer un gol rápido y remontar un 4-0. Alguno apuntó que cuando salió Van der Vaart el panorama cambió, pero ya era demasiado tarde.

Esta impresión ha trascendido también a la grada y a la cúpula. De momento, la cabeza de Pellegrini no peligra, pero el director general deportivo, Jorge Valdano, se va a convertir en un ‘comisario político’ para el chileno. El argentino ya tuvo una reunión con Pellegrini tras la goleada encajada en Santo Domingo. Y Florentino quiere que vuelva a ‘ponerle las pilas’.

De momento, Valdano intentó ayer apagar uno de los fuegos que se han encendido en el vestuario. Almorzó con Guti para hacerle recapacitar. El centrocampista planteó hace unos días un ultimátum: o se va Pellegrini o él sale en el mercado de invierno. Todo ello con el supuesto interés del Inter bajo el brazo. El director general deportivo intentó hacerle ver ayer que es un jugador importante, que el equipo le necesita y le instó a recuperar el nivel de principio de temporada. Falta le hace, porque ayer volvió a llegar tarde a la sesión de entrenamiento y con las manos en los bolsillos, en una actitud de lo más pasota y retadora.

El otro foco de conflicto es Raúl. El capitán no se fía de Pellegrini. Después de cuatro partidos como suplente, cree que el técnico le tiene sentenciado y está moviendo sus hilos para provocar una rebelión a bordo. Un panorama complicado.

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