Wednesday, February 3, 2010
EL DIA QUE GUARDIOLA PUDO PERDER A PEDRO
La vida de Pedro Rodríguez dio un giro total en verano del 2007. El tinerfeño había completado su segunda temporada en el Barça C cuando llegó el descenso del segundo equipo y la desaparición del tercero. El jugador se encontraba en el grupo de futbolistas a los que el club buscaba un nuevo destino. Un informe interno apuntaba que el jugador entrenaba mejor de lo que competía, pero entonces apareció Pep Guardiola y le rescató para su proyecto en el Barça B cuando tenía un pie y medio en el Portuense, de Segunda B. Sin la confianza del de Santpedor ni de Juan Carlos Pérez ‘Rojo’, el técnico que le dirigió desde que llegó a los 17 años hasta que pasó a las manos de Pep, su éxito actual difícilmente habría sido posible.
Pedro es agradecido y tiene a ‘Chechu’ Rojo en un pedestal. El tinerfeño no lo dudó ni un instante cuando SPORT propuso la cita en las instalaciones donde el ex jugador trabaja como director deportivo del Santboià. En la conversación recordaron que el tinerfeño no tuvo un camino de rosas y que su carrera en el Barça se vio seriamente amenazada cuando existía un principio de acuerdo para su cesión al Portuense.
¿No sé si hace tres años podían imaginarse que se citarían con Pedrito en lo más alto?
Pedro: Era muy difícil, aunque siempre tuve ilusión y ganas. Fue muy complicado. Por suerte, las cosas van bien y espero que continúen así
¿Qué tipo de jugador era cuando aterrizó en el Barcelona?
Rojo: Pedro vino de la isla a una ciudad muy distinta, a un gran club y añorando su tierra. Poco a poco se fue asentando con sus compañeros y cogió un año muy bueno con el juvenil.
¿Qué fue lo que más le costó?
Pedro: Lo que dice Txetxu, la adaptación. No estaba habituado a muchas cosas. A dejar la familia, a los cambios en la manera de jugar, al catalán, todo influía. Lo superé con la ayuda de todos, de los compañeros, del míster y de la gente de la Masía.
¿Esta timidez también la tenía sobre el campo?
Rojo: ¡Qué va! Le tenía que frenar con el uno contra uno... Fuera puede ser tímido, pero en el campo siempre ha sido valiente para regatear o hacer una bicicleta.
¡Qué gran año con el Juvenil, lograron un ‘triplete’ que nadie ha podido igualar!
Rojo: Fue muy bonito. Teníamos un gran equipo y lo ganamos todo. El problema vino en los dos años sucesivos con el Barça C. Fueron horribles. Todos sufrimos mucho. Eso le ayudó a endurecerse. Supo sacar la parte positiva del año del juvenil y de la dureza de Tercera. Luego vino un impase con la desaparición del Bara C y Pedro pudo marcharse al Portuense.
¿El Barça tenía la intención de cederle al equipo andaluz?
Pedro: Se habló de esto. Yo estaba viendo que la temporada no había ido bien y temía que quizá no pudiera continuar. Eso sí, siempre tuve mucha confianza, aunque muchos no sabíamos que haríamos.
¿La llegada de Guardiola salvó su carrera?
Pedro Es cierto que decidió confiar en mí. Tenía la duda de si seguiría por las circunstancias, pero llegó el míster y confió en mi. Me dijo que empezara con ellos, que estaría muy atento a mi evolución. Yo me puse las pilas, seguí trabajando como siempre y la verdad es que salió todo bien.
Hubo un informe que decía que Pedro entrenaba mejor de lo que competía, ¿están de acuerdo?
Rojo: Entrenas como juegas y si vas de cachondeo o andando, luego no haces nada. Ni mucho menos era su caso.
Pedro: En los entrenamientos siempre intento hacerlo bien y estar concentrado. Le pongo las mismas ganas e ilusión en los entrenamientos que en los partidos, aunque luego quizá no te salga todo.
Por tanto, estuvo cerca de irse. y, a día de hoy, es el único jugador de su quinta en la élite.
Rojo: Esto pasa en todos los equipos. Si Pep no hubiera confiado en él, se habría ido al Protuenese y vete a saber. Por calidad podía estar en el primer equipo, pero asegurarlo rotundamente era difícil. Ya dije estos seis meses, con todo el respeto hacia Robinho, que no era necesario que viniera porque estaba Pedro. Conoce la casa, sabe lo que es el Barcelona, está superintegrado, y hace todas las bicicletas que quieras con una pierna y la otra. También lo comenté cuando Robinho fichó por el Madrid.
¿Siempre ha marcado goles decisivos?
No, era su asignatura pendiente. No era un goleador, más bien era un pasador. Ahora tiene más experiencia y lo está asimilando de forma fenomenal. Está aprendiendo, lo sabe y de cara a portería ya no falla como de hace dos años. Le faltaba amagar más al portero para desequilibrarle. Ahora lo hace perfecto, como se vio ante ante el Sporting. No digo que vaya a marcar 30 goles, pero es muy completo.
¿Lo que más le costó fue creérselo de verdad?
Pedro: Puede ser. Cuando llegué la competencia era muy grande y fue complicado. Ahora entreno cada día para ser titular. No entrenas para estar sólo en el banquillo. Estoy al lado de cracks mundiales, debo aprender y aprovechar las oportunidades.
Rojo: Lo que tiene es un gran respeto hacia los compañeros que llevan 12 ó 1 3 años como profesionales y, al mismo tiempo, confianza en si mismo.
¿Qué anécdota recuerdan con especial cariño?
Rojo: Me acuerdo de un día en la Ciudad Deportiva donde estaba con Víctor Sánchez. Le dije que no se viniera abajo, que iba a llegar, que no se desanimara porque tenía todas las las cualidades para llegar. Su proceso fue bastante lógico porque cualquier jugador que llega al Barça tiene que aprender que aquí no sólo vale jugar y competir, sino ganar.
Pedro: Lo peor fue en Tercera porque lo hacíamos todo bien, pero no salían los resultados.
Rojo: ¡Si Pedro tenía que defender los córners y las faltas laterales al primer palo!
Y pese a todas las adversidades, Pedro siempre destaca a Rojo como una de las claves de su éxito
Pedro: Hay que ser agradecido con la gente que te quiere de corazón.
Rojo: Nunca negaré que fue el niño de mis ojos. Sabía de otro canario, Gerardo, cómo se pasa mal fuera. ¡Además es extremo! A veces me veo reflejado en él.
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