La imagen del yugoslavo Dragan Stojkoviæ, 44 años, es recordada en el ámbito futbolístico por la gran actuación que tuvo ante España en los octavos de final del Mundial de Italia 90, al marcar el gol de la diferencia y otorgarle a su país el pase a los cuartos de final.
Fue precisamente por esta actuación, que el futbolista fue considerado uno de los máximos ídolos del balompié balcánico, incluso al término de ese mundial, abandonó la First League de Yugoslavia para enrolarse al Olympique de Marsella y así iniciar su periplo en el extranjero que duraría once años, mismo que terminaría con éxito con el Nagoya Grampus Eight de Japón, entidad a la que en la actualidad dirige.
El pasado fin de semana se desarrolló la jornada 29 de la J League de Japón, fecha que enfrentaba en el Estadio Nissan al Yokohama F. Marinos ante la escuadra comandada por Dragan, partido que a pesar de terminar con victoria para los locales, pasaría a la historia, gracias a la jugada que realizó el técnico yugoslavo, quien aprovechó un balón perdido cerca de su área técnica para ejecutar un disparo que se anidaría en el ángulo de la portería contraria, acción que demostró que en el futbol se puede perder todo, pero la clase y el toque siempre van a prevalecer.
A pesar de la hazaña y de la algarabía de la afición, el árbitro determinó expulsar al técnico, al considerar su accionar como conducta antideportiva.
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