12345(5 Votos) Cuando estuvo por última vez en El Salvador tenía cinco años. El pasado domingo, al regresar a la tierra de sus progenitores, Arturo Álvarez cuenta ya 24 abriles. En su vida ha pasado de todo, desde los buenos hasta los malos ratos, desde la infancia hasta hoy en la todavía juventud, pero todo con una misma señal identificable: la pelota.
Ese amor por el esférico lo convirtió en futbolista, lo llevó a jugar con selecciones juveniles de Estados Unidos (el país que lo vio nacer), además de hacerse de una carrera profesional en la MLS. Sin embargo, su verdadera historia se hizo realidad cuando decidió jugar con El Salvador.
Luego de un largo proceso para cumplir con su sueño, ahora Álvarez forma parte de la Azul, ha jugado dos encuentros eliminatorios y ha dejado buena impresión en la afición. Una que por primera vez podría verlo de cerca mañana ante Costa Rica.
La posibilidad es un reto, y lejos de amedrentarlo, es algo que emociona a Álvarez: “Estoy contento de estar aquí, es la primera vez que estoy en el estadio Cuscatlán. Me siento mejor tomando en cuenta que en el partido contra Estados Unidos tenía una lesión, todavía la siento un poquito; ojalá que antes del miércoles pueda recibir terapia y sentirme mucho mejor que como me sentí en Utah”.
Otra diferencia que Arturo quiere ver mañana es el apoyo de la afición. Si en Río Tinto los cuscatlecos fueron minoría, quiere ver mayoría mañana. “Ojalá que la gente venga a apoyar. Aunque desafortunadamente los resultados no se han dado, creo que el fútbol que esta selección ha hecho ver es muy bonito. Espero que (la gente) me reciba bien, que yo estoy muy contento de ser parte de la selección”, confiesa.
Pero además de recibir ese calor de la afición, hay otro deseo que Álvarez tiene bien presente, y es el de anotar su primer gol con la Azul. “Quiero dar lo que puedo dar, jugar con todo lo que tengo, todas las ganas del mundo. Un gol aquí sería perfecto para empezar”, dijo.
La motivación de Arturo es latente, y aumenta cuando también piensa que en el estadio podría estar la única familia salvadoreña que tiene en el país: su hermana. “Tengo una hermana acá que creo que va a ir al estadio, aquí la voy a ver”, explica, antes de también agregar que espera que sus compañeros “me saquen a conocer algunas otras cosas”. Arturo está de vuelta en su país.
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