El estadio del equipo de Los Angeles se llenó hasta la bandera. Los 93.137 espectadores que se dieron cita en el Rose Bowl, la mayoría de ellos simpatizantes culés, disfrutaron con el juego de los de Pep Guardiola. Y, de paso, igualaron una marca histórica. Desde el Mundial de 1994, nunca antes un partido de fútbol había congregado a tanto público en EE.UU.
La expectación mediática también fue enorme: unos 400 periodistas acreditados. Y en la grada, predominaron los colores azulgranas: había más simpatizantes con la camiseta del Barça que del Galaxy.
El Barça también llenó el estadio de Los Angeles durante su gira del 2007, aunque en aquella ocasión el escenario era otro, el estadio Olímpico, y el rival, el Chivas.
La cifra triplica el número de espectadores (27.000) que presenciaron uno de los últimos amistosos de los Galaxy: ante el Milan (2-2), el 19 de julio, aunque el escenario era más reducido: el The Home Depot Centre.
Recuerdo para Bobby Robson
Antes del comienzo del partido se rindió un póstumo homenaje a Bobby Robson con un minuto de silencio, y durante el partido los jugadores del Barça llevaron brazaletes negros, en señal de luto por el fallecimiento de quien fue entrenador azulgrana la temporada 1996/97.
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