Luis Fernando Montoya, el técnico que llevó al Once Caldas de Manizales al triunfo en la final de la Copa Libertadores del 2004 y que está cuadripléjico desde hace un lustro, se aferra a la idea de recuperarse.
Montoya, de 48 años de edad, quedó discapacitado por un disparo en el cuello durante un asalto en su casa en la población de Caldas, a las afueras de Medellín.
"Esa es mi esperanza (volver a caminar). La terapeuta física dice que he mejorado mucho, que la recuperación es muy lenta por el daño sufrido en la médula, pero que avanzo. Tengo movilidad en la cabeza, pero nada más", declaró el domingo, citado por el diario El Tiempo de Bogotá.
Montoya desde hace un tiempo puede hablar y respirar por sus propios medios, escribe una columna en el matutino El Espectador de Bogotá e impartió clases en dos centros educativos de Medellín.
La sensibilidad es muy precaria pues "sólo siento cuando me presionan con fuerza los muslos, o los brazos. Cuando lo hacen, añoro los días en que corría en un campo de fútbol con mi hijo. Qué tan inmensa era la riqueza de caminar al lado de él", señaló en una entrevista con motivo del Día del Padre.
Montoya vive en una casa campestre en Caldas con su esposa Adriana y su hijo José Fernando, de 7 años.
"Siento mucha tristeza y nostalgia. Dolor por los sueños derrotados. Es una vida adversa, sólo iluminada por el amor de mi familia", manifestó. "Pero el mundo es casi cruel. Quisiera que esta no fuera mi realidad. Mi dolor sólo lo alivia la esperanza de que algún día podré abrazar a mi hijo. Esa es mi fortaleza: la seguridad de que me recuperaré".
Sunday, June 21, 2009
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