Zlatan Ibrahimovic se ha convertido en una de las preocupaciones del entorno blaugrana. Su sequía goleadora se ha convertido en cuestión de estado, pese a que el equipo sigue ganando sin sus goles. En la vida del culé no hay sitio para la felicidad completa.
El sueco no ha visto puerta en los últimos cinco partidos. Su último gol fue el empate ante el Sevilla en la Copa del Rey, que significó el empate pero no evitó la derrota (1-2). Desde entonces, no ha vuelto a marcar. Son muchos partidos para un goleador, pero su suerte es que juega en el Barça y, cuando uno no está fino, lo está su compañero. Su falta de puntería no es un problema colectivo por la calidad de los que le rodean.
Eso no significa, sin embargo, que no haya que buscar soluciones, tanto si se trata de un tema futbolístico como mental. Y en eso está Pep Guardiola. SPORT ya desveló hace pocos días la cena que el técnico mantuvo con el jugador en el centro de Barcelona. Ambos hablaron sobre el momento que atraviesa el delantero, su adaptación a la ciudad y al equipo.
Pep le quiso tranquilizar y expresar su satisfacción por cómo le van las cosas en el Barça. El de Santpedor no pierde ninguna oportunidad para hacer saber a sus jugadores que está atento a sus evoluciones. Lo hizo con Messi en Palafrugell y ayer lo volvió a hacer con Ibrahimovic. Quizá sólo hablaron de lo que habían cenado el día anterior o de si le gustan más los coches automáticos o con marchas.
El caso es que Guardiola no pierde ningún detalle de todos y cada uno de sus jugadores. Y, además, sabe qué debe decir o hacer en cada momento. Es lo que los expertos llaman inteligencia emocional y lo que en la calle definen como ‘tener mucha psicología’. El entrenador blaugrana, justo antes de empezar a entrenar, mantuvo un diálogo muy breve con el delantero sueco, de apenas un par de minutos, lo suficiente para que Zlatan sepa que hay alguien detrás suyo.
Un futbolista como el ‘9’ del Barça siempre acaba apareciendo. Tiene tanta calidad que, de hecho, no necesitó adaptación alguna para empezar a marcar diferencias en el Barça. Desde el primer momento marcó goles y demostró que su fichaje había sido todo un acierto. Es ahora, cuando han pasado los meses y las semanas, cuando Ibrahimovic está pasando por su particular periodo de adaptación. Es lo habitual en un jugador que viene de otra competición.
Aunque su forma de jugar se adapta a la perfección al estilo del Barça, es lógico que, al igual que todos los futbolistas que llegan procedentes de otras latitudes, el sueco también deba encontrar su sitio. Ese es el objetivo del delantero y el objetivo de Pep Guardiola. No preocupa tanto la sequía goleadora, sino la ansiedad que puede llegar a crear. El técnico intenta transmitirle con sus gestos la tranquilidad necesaria para que vuelva a marcar, la obsesión de cualquier delantero centro, de todo futbolista que ha nacido para superarse a sí mismo cada temporada.
Zlatan acabará con el runrún en el mismo momento en el que vuelva a marcar y levante sus brazos para celebrarlo. Es sólo eso, cuestión de tiempo. El próximo sábado ante el Getafe volverá a salir en el equipo titular y volverá a tener la posibilidad de marcar. Pero lo más importante, para unos y otros, es que el Barça siga ganando.
Suma trece goles y tres asistencias
Aunque suma cinco partidos sin hacerlo, el ex delantero del Inter de Milan está dando un gran rendimiento al equipo. Ha logrado un total de 13 goles repartidos en las tres competiciones importantes. Suma la mayoría en la Liga, donde ha conseguido 11 dianas, mientras que los otros dos los logró en Copa y Champions. Por otro lado, también ha dado 6 asistencias de gol, cinco de ellas en la Liga y una en la Champions. Su aportación al equipo está siendo importante en todas las facetas de creación de los goles, tanto directa como indirectamente.
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