Adriano, actual jugador del Flamengo y ex delantero del Inter, se ha confesado en una intensa e íntima entrevista que ha concedido a la revista brasileña R7, y cuyas declaraciones recoge 'La Gazzetta dello Sport'.
'El Emperador' reconoce sin pelos en la lengua que sufrió una depresión "entre 2005 y 2009", en la cayó tras la muerte de su padre en agosto de 2004.
"Sólo yo sé cuanto sufrí. La muerte de mi padre me dejó un vacío enorme, acabé sintiéndome muy solo y me aislé cuando murió. Fue lo peor. Me vi solo, triste y deprimido en Italia, y es cuando empecé a beber", explicó.
"Sólo me sentía feliz bebiendo, todas las noches. Bebía todo lo que me ponían delante: vino, whisky, vodka, cerveza... mucha cerveza", reconoció el delantero de la selección brasileña.
Ese alcohilismo afectó a su carrera futbolística, lo que le provocó problemas con su entrenador, Roberto Mancini, y sus compañeros del Inter: "No sabía cómo disimularlo, llegaba borracho por la mañana a los entrenamientos. Me presentaba aunque estuviese borracho del todo. Entonces me llevaban a dormir a la enfermería y decían a la prensa que sufría dolores musculares".
"No paraba de beber y tuve que dejar el Inter", sentenció.
Tras abandonar Italia recaló en el Sao Paulo, equipo en el que empezó a remontar su carrera: "Allí entendí lo mal rodeado que estaba... amigos que sólo me llevaban de fiesta, con mujeres, alcohol y sin pensar en nada".
Pero tras terminar su cesión en Brasil regresó al Inter... y volvió a caer en las garras del alcohol a pesar de la ayuda que le prestó Mourinho. "Mou quería ayudarme y peleó con la directiva que me quería echar".
Adriano renunció a su contrato, regresó a Brasil para encontrarse a sí mismo y ahora triunfa en las filas del Flamengo. "La gente me dijo que estaba loco por renunciar a un contrato millonario. Renuncié a los millones pero he comprado la felicidad", explica
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