El viaje más relevante de la azul, al menos durante la era de Carlos de Los Cobos, inició este domingo. El estratega azteca encabezaba la delegación salvadoreña en su travesía rumbo a Querétaro, México, donde la selección trabajará por tres días y medio no para adaptarse, sino para conocer las condiciones a las que se someterá el sábado en el Distrito Federal, cuando enfrente a la selección mayor mexicana en el mismísimo estadio Azteca, en el que alguna vez De los Cobos defendió los colores del “tri”.
Esta vez le tocará defender la casaca azul desde el área técnica, y ese público que le apoyó en su momento estará volcado en contra de los suyos, creando un ambiente hostil que hasta ahora sólo conoce desde el lado de los favorecidos.
Sin embargo, el míster está consciente de todo lo que representa dicho partido, en el que una combinación de resultados podría mantener con vida a la azul en l ahexagonal de cara a la última jornada, en la que recibe a Honduras en el estadio Cuscatlán.
“Visitamos un estadio con mucha historia, en el que la afición pesa mucho, además de que enfrentaremos a una selección que ha mejorado mucho en los últimos meses; pero también es una buena oportunidad para nosotros de dejar una buena impresión y demostrar nuevamente que hemos hecho una buena hexagonal”, comentó.
sin temores
Ni las condiciones climáticas del Distrito Federal -que aparte de estar a 1 mil 600 metros sobre el nivel del mar es una de las ciudades con mayores índices de contaminación de Latinoamérica-, ni la inmensidad del Azteca asustan a nuestros seleccionados.
Al contrario, la opinión generalizada del grupo que abordó el avión sumbo a Querétaro, no antes de sentir el apoyo y la admiración de la gente presente en el Aeropuerto Internacional de Comalapa, es la de hacer su juego habitual y sacar un resultado positivo aqnte una selección que buscará su boleto directo al Mundial Sudáfrica 2010 ante su gente.
“No hay nada de qué temer, pues seremos once contra once; la presión del Azteca nos afectará o no dependiendo de cómo nos mentalicemos, y como sabemos que de éste partido depende el seguir con posibilidades en la hexagonal, todos vamos con la intención de hacer bien las cosas”, comentó Miguel Montes, guardameta de la selección.
Por su parte, Manuel Salazar destaca que si bien el jugar en el mítico estadio Azteca implica presión, esta puede ser manejable. “Desde luego que existe presión, tanto por el estadio como porque es un partido de eliminatoria y porque vamos de visita; pero podemos llegar a manejarla en la medida en que nos adaptemos ráído al entorno”, dijo el zaguero del Firpo.
Asimismo, Juan Carlos Moscoso, volante del FAS, adviritó que el jugar con temor sería lo más perjudicial para la azul, por lo que no piensan en ello. “Sabemos que jugaremos ante una afición que mete mucha presión y ante un gran equipo, pero no debemos menospreciarnos, sino confiar en nuestro trabajo y prepacación para salir adelante.
Ya sea contra un rival grande o contra uno modesto, lo que no se debe hacer es temer, puesto que entonces uno se convierte en su peor enemigo”, acotó.
Otros, como el guardameta Dagoberto Portillo, destacaron que la presión del Azteca puede convertirse en motivación: “de repente esos nervios que se sienten pueden ser controlados si el jugador se mentaliza, e incluso jugar en un estadio lleno te puede motivar, además de que partidos como estos son una vitrina y uno siempre quiere superarse.”
Finalmente, Alfredo Pacheco, uno de los jugadores de la selección con más carácter, descartó toda posibilidad de que exista temor en el equipo, manifestando: “éste es un partido de fútbol, un tanto especial porque nos jugamos nuestra última carta contra un gran equipo, pero ellos son seres humanos al igual que nosotros y hemos trabajado para sacar un buen resultado.”
En refuerzo de la mentalidad de los jugadores, el mismo míster dejó claro que toda la delegación salvadoreña viaja a México con una actitud totalmente positiva.
“No es atrevido pensar en algo más que simplemente hacer un buen juego, pues normalmente cuando se hacen bien las cosas se espera que los resultados positivos lleguen como consecuencia, y ojalá que así sea el sábado”, concluyó.
EL ITINERARIO
La selección nacional aterrizaría al mediodía en Querétaro, donde realizará dobles sesiones de entrenamiento de lunes a miércoles.
El jueves, siempre en Querétaro, el grupo realizará una práctica matutina para trasladarse al D.F. por la tarde y realizar la última práctica previa al encuentro el viernes, presuntamente la misma en la que se hará el reconocimiento del estadio Azteca.
Durante su estadía en Querétaro, la azul se hospedará en hotel Mirage, mientras que su sede de concentración en la capital mexicana será el hotel Radisson Perisur.
No comments:
Post a Comment