Wesley Sneijder, la última incorporación del Inter de Mourinho, abandonó el pasado sábado el estadio Groisch Veste -donde Holanda jugaba un amistoso ante Japón- con el rostro desencajado y quejándose amargamente de su tobillo derecho. Quien más o quien menos en la selección holandesa pensaba que se había roto al escuchar los gritos y lamentos del centrocampista tulipán.
Sin embargo, las pruebas que le realizaron los médicos de la ‘oranje’ al internacional descartaron totalmente una fractura, por lo que finalmente la gravedad de la lesión se puede considerar menor a todas luces. De hecho, el primer diagnóstico, tras la resonancia magnética que se le realizó ayer, apuntaba a una distensión en el tobillo derecho, lo que marcaría un pronóstico de una semana a diez días de baja, por lo que todo apunta a que su presencia el próximo miércoles 16 de septiembre en el estreno de la Liga de Campeones ante el Barcelona podría estar garantizado si finalmente así lo considera el técnico portugués.
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