El Barça pentacampeón no puede dormirse en los laureles. Las dificultades que ha tenido el club azulgrana este verano para llevar adelante varios de los fichajes que tenía planeados le obligan a estar muy atento a la segunda tanda de refuerzos que ofrece el calendario. Así lo asumió recientemente el secretario técnico Txiki Begiristain, sabedor de que imponderables de la temporada recién iniciada pueden convertir en un problema flagrante lo que hoy sólo es un hándicap: la cortedad del plantel.
Fue el técnico Pep Guardiola el primero en dar la voz de aviso horas después de conquistar el triplete: "Quiero una plantilla un poco más larga". Más de tres meses después, su plantilla sería incluso menos cuantiosa en efectivos sino fuera por la valiosa aportación de la cantera. En el Camp Nou asumen que, a poco que se pueda, algo hay que hacer. Ahí la clave es tener controlado un mercado, el de invierno, que aparte de ser mucho más limitado en el tiempo -del 2 al 31 de enero- ofrece tradicionalmente bastante menos nivel que el de verano. Sin embargo, suelen haber dignísimas excepciones. MD ya avanzó esta semana que el Barça baraja para reforzar su banda izquierda -en la que hoy por hoy solamente tiene a Thierry Henry- los nombres de Wilian (Shakhtar) y Robinho (Manchester City), aunque a unos meses vista la zona que parece más necesitada no es la delantera, sino el centro del campo: el Barça ya sabe que estará a princicipios de 2010 más de un mes sin el marfileño Touré Yaya y sin el malí Seydou Keita, ya que ambos disputarán con sus respectivas selecciones la Copa África.
No será tarea sencilla dar con refuerzos del nivel que exige el Barça. Tal y como ocurre con Robinho, que ha empezado con problemas este año en el City, una de las claves para apuntalar la medular será estar muy atento a la evolución de los jugadores que puedan interesar y, sobre todo, a su trayectoria en sus clubs. Invierno no es la estación más idónea para fichar primeras figuras, a menos que no atraviesen su mejor momento en el equipo en el que están. En esa tesitura está, por ejemplo, un ilustrísimo veterano como Patrick Vieira. El francés cuenta muy poco para Jose Mourinho en el Inter. Con 33 años, su llegada al Barça sería una oportunidad que ofrece el mercado equiparable a la que en su día representó Edgar Davids, que en invierno de 2003 llegó cedido por la Juventus cuando allí no pintaba casi nada. Precisamente el club turinés tiene otro medio que hace ahora un año fue objetivo de Begiristain, Cristian Poulsen. El danés, que se salió en el Sevilla, se fue a la Juve, pero si sigue sin jugar querrá salir. También el ex sevillista y ex madridista Julio Baptista, otro viejo sueño del secretario técnico culé, ha sido objeto de mercadeo hasta hace unos días por parte de su club, la Roma. Otro romanista, Daniele de Rossi, sería la joya de la corona, pero su adquisición a media temporada roza la quimera por su peso específico en el club italiano.
Expertos o novatos
Veteranos que piden una salida es una opción que ofrece el invierno. La otra es justamente la contraria: jóvenes con ganas de demostrar. Ahí están los Ibrahim Afellay, Steven Defour o Hernanes. El brasileño del Sao Paulo estuvo a un paso de fichar por el Barça hace un año, en gestiones con Traffic, la empresa que cerró con Begiristain los traspasos de Henrique y Keirrison. La novedad con Hernanes es que no iría cedido.
Todo con la sensación creciente de que el Barça le guarda sitio en su plantilla a Cesc Fàbregas para la próxima campaña,ya que el capitán del Arsenal será uno de los clarísimos ganchos de las cercanas elecciones. Habrá que calibrar en qué medida el 'factor Cesc' puede condicionar la llegada y el nivel del refuerzo para la línea media este invierno
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