Sunday, January 31, 2010

SIGUEN LA DUDA CON LA SELECTA


Siguen pasando los días. Con ellos llegan las buenas noticias, de los fichajes de salvadoreños en el extranjero y el interés de otros clubes por contratar cuscatlecos. Pero también sigue la cuenta que dice que El Salvador tiene hoy 32 días desde que se acabó el contrato de su último entrenador de selección mayor, sin que nada aparezca a la vista.

Un mes desde que se acabó, oficialmente, el contrato del mexicano Carlos De los Cobos, mismo que renunció el 14 de diciembre a continuar al frente de la Azul, tras acusar de falta de ética a la comisión normalizadora, por supuestamente haber filtrado la cantidad de dinero que pretendía ganar por mantenerse en el cargo.

Y por el rumbo que las cosas van tomando, parecería que el tiempo sigue su curso, pero que el reloj gira en sentido contrario para el balompié nacional.

Si bien son ya siete los jugadores que han salido al extranjero en el último año, un mes ha bastado para que la selección vuelva a revivir errores del pasado.

Primero fueron los fogueos no aceptados contra combinados como Argentina, Chile o Francia. Ahora, fuera de la comisión, los yerros llegan desde la primera división, que recientemente cambió de directiva; no de mentalidad, y que ha regresado a su vieja costumbre de meter piedras en el camino.

Tras la pérdida de la posibilidad de foguearse con gauchos, chilenos y galos, la federación aceptó un amistoso contra la también mundialista Estados Unidos, pactado para el próximo 24 de febrero. La falta de entrenador llevó a que quien fuera el auxiliar de De los Cobos, José Luis Rugamas, se haga cargo de la selección para dicho encuentro.

El plan se había echado a andar. Rugamas hizo su convocatoria, planificó tres microciclos de trabajo y la Azul podría intentar hacer el mejor papel ante los norteamericanos. Además, parecía haber disposición de parte de los clubes de ceder a los jugadores convocados. Todo parecía marchar bien.

Empero, al nuevo directorio de la primera, presidido por Adán Salazar, se le ocurrió la semana anterior no prestar a los jugadores sino hasta tres días antes del duelo con los gringos.

Así, ni tres microciclos, ni entrenos en territorio norteamericano, ni nada. Los pecados del pasado vuelven a escena, y la selección irá a Estados Unidos a jugar un amistoso con el riesgo de botar la imagen dejada tras la hexagonal final de CONCACAF, en la que se mantuvo con aspiraciones matemáticas de alcanzar el mundial hasta la novena jornada, y en la que sorprendió a más de uno con el nivel exhibido.

Además, hará falta ver si la Azul podrá contar en ese encuentro amistoso con sus foráneos, puesto que el Correcaminos ya confirmó que no prestará a Eliseo Quintanilla por no ser fecha FIFA; Cristian Castillo dependería del proceso de recuperación de una lesión que le sería tratada en Washington, en su nuevo club, el DC United. De Arturo Álvarez y Ramón Sánchez, del Terremotos de San José, así como de Julio Martínez, del Chicago Fire, no hay todavía confirmación; y hoy habría que agregar a Osael Romero, recién fichado —a préstamo por un año— por el Chivas USA.

Los futbolistas cuscatlecos siguen saliendo a jugar al extranjero. Han vuelto a ser apetecibles para los contratistas internacionales, que han promovido su contratación.

Sin embargo, la selección, la vitrina que les permitió dar ese salto de calidad, y ese salto al fútbol internacional, hoy es un alma dormida, esperando conocer quién la despertará y se hará cargo de ella. Esperando conocer quién será su nuevo entrenador, y esperando que la primera división se saque de la cabeza su mentalidad de estorbo.

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