Aterrizó en Can Barça como sustituto del camerunés Samuel Eto’o y su comienzo fue espectacular. Zlatan Ibrahimovic apenas necesitó unos días para asimilar el sistema de juego de Pep Guardiola y rompió todos los registros marcando en las cinco primeras jornadas de Liga. Sin embargo, el cambio de año no parece haberle sentado demasiado bien pues su pólvora se ha ido mojando hasta límites preocupantes.
Todo se empezó a torcer a partir del 5 de diciembre cuando marcó el último gol de la victoira en Riazor (1-3). Entonces llevaba tres goles en los tres últimos paritdos y era clave en las victorias azulgranas. Sin embargo, Ibra inició ahí una sequía que sólo ha logrado romper en cuentagotas. Desde ese día hasta ahora, en 44 días, ha marcado dos tantos en ocho encuentros siendo uno de estos goles de penalty (contra el Espanyol). Por lo tanto, en jugada solo ha marcado uno en los últimos ocho partidos disputados, un pobre balance para un jugador que vive del gol. Un déficit que el Barça ha acusado sensiblemente, especialmente en este inicio de 2010 pues sus errores fueron una de las causas de la elininación de la Copa del Rey y en el empate contra el Villarreal. La mala racha se agrava desde el viaje a Abu Dhabi pues desde entonces ha disputado sesi encuentros con un sólo gol en su haber, el logrado en la Copa de Rey en el Camp Nou contra el Sevilla.
Ibrahimovic es el segundo jugador del Barcelona que más veces remata a portería contraria por detrás de Leo Messi (36 el argentino y 28 el sueco) siendo ambos solo superados en el cómputo global de la liga BBVA por David Villa (39 antes del partido de ayer). El porcentaje de aierto de Ibra se ha reducido sensiblemente, sobre todo en los últimos partidos. Con 11 goles conseguidos, Ibra ha sido superado como máximo goleador del equipo por el argentino e incluso por Pedro, que dispone de muchos menos minutos que el sueco.
Recuperar a Ibrahimovic es uno de los objetivos en los que a partir de ahora deberá trabajar Pep Guardiola.
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