Sunday, January 17, 2010

CHUPETE SUAZO NO CAMBIA LA MALA RACHA DEL ZARAGOZA


El empate sirve de muy poco a ambos conjuntos, que necesitaban como el comer sumar tres puntos de golpe e impide que, no sólo hubieran mejorado su situación en la clasificación sino también el empujón moral que hubiera supuesto el triunfo.

A pesar de las nuevas incorporaciones poco ha cambiado en el equipo aragonés, que sigue sin ver puerta y sin tener un creador de juego que mueva al equipo y que asista de balones en condiciones a los delanteros, y eso que se enfrentaba a un Xerez que está peor que él en la tabla clasificatoria.

El inicio del encuentro reflejó el miedo que ambos conjuntos tenían al fracaso en este enfrentamiento. El temor hizo evaporarse cualquier atisbo de fútbol y si a ello se le unía la falta de ideas el juego hizo justicia al hecho de que estaban sobre el césped los dos últimos clasificados.

Ambos equipos ofrecieron de inicio mucho orden táctico y rigor defensivo y poca capacidad de improvisar y salirse del guión establecido.

Estos parámetros se mantuvieron en toda su rigidez hasta el minuto 23 de juego en que una falta sacada de manera directa por el portugués Eliseu fue desviada de manera prodigiosa por el meta brasileño del Xerez Renan.

A partir de ahí el conjunto de José Aurelio Gay dominó más y merodeó las inmediaciones del área foránea con alguna buena aproximación aunque, como siempre, le faltó capacidad de remate y sólo cuando el primer periodo expiraba el argentino Leo Ponzio puso un remate ajustado al poste.

La expulsión de Víctor Sánchez a poco de comenzado el segundo periodo intensificó el dominio zaragocista pero no por ello llegaron más ocasiones.

Había más insistencia que capacidad para generar espacios en el Zaragoza y ello permitía al Xerez no pasar por demasiados apuros en defensa.

En los últimos minutos, y sabiendo que el empate no le servía para demasiado, el conjunto maño buscó a la desesperada el tanto de la victoria con más ganas que otra cosa, pero con el mismo acierto que hasta ese momento, nulo, porque conforme el reloj se acercaba al final los nervios y la precipitación eran más evidentes y la capacidad para intentar arreglar la situación menguaba.

Aún así, Jorge López tuvo en tiempo de prolongación la oportunidad de haber dado la victoria a su equipo, pero su remate al borde del área pequeña lo mandó por encima del larguero.

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