El Sevilla vuelve a entrometerse por tercera vez en doce días en el camino de un Barça que desea desquitarse del desenlace de los dos envites anteriores. Para el 'once' andaluz sería poco menos que una hombrada repetir el 1-2 de la ida de los octavos de la Copa, que al final es el tanteo que desequilibró la eliminatoria. Para el Barça, en cambio, ganar es poco menos que una obligación, puesto que hay muy poco margen de error. En cualquier caso, vendrá marcado por lo que haya hecho antes el Madrid en San Mamés. Si los blancos no ganan y el Barcelona sí, será campeón de invierno.
Para el vestuario azulgrana se trata de una especie de revancha, pero no tanto de cara al conjunto sevillano, por el que no se tiene una especial animadversión, como por una cuestión de amor propio. El Barça recuperó sus mejores sensaciones en la magnífica segunda parte del Pizjuán y, aunque ganó, siente que no sirvió para nada, por lo que necesita desquitarse repitiendo exhibición y triunfo, un triunfo que esta vez sí bastaría porque lo que está en juego son tres puntos.
El Barça se toma el encuentro como un último esfuerzo antes de entrar en una fase del calendario que por desgracia (nadie quería caer en la Copa en octavos) permitirá mejores recuperaciones, después de unos meses de un ritmo infernal que acabaron con el equipo sacando la lengua en el sprint final hacia las Seis Copas.
Brindis a la afición
Recuperado durante 45 minutos espectaculares el mejor nivel de juego, el Barça desea refrendarlo ante su afición, a la que también se quiere ofrecer un triunfo que, de algún modo, serviría para compensar el disgusto de la eliminación. El horario vuelve a ser nefasto (las diez de la noche) y el encuentro se retransmite en abierto, pero el vestuario confía en su capacidad de convocatoria para convencer a la afición de que valdrá la pena acudir en ayuda del equipo.
La plantilla azulgrana se ejercitó ayer a las órdenesde Pep Guardiola, por primera vez después del partido de Sevilla con todos los efectivos, puesto que Dani Alves se quedó con permiso del club en la capital andaluza. Como es habitual, Thiago, Jonathan, Gai Assulin y Víctor Vázquez completaron el grupo. Tras la sesión de recuperación de anyeayer, la de ayer fue algo más intensa para todos. Hoy por la mañana se celebrará la última sesión antes del encuentro, como es habitual, y Guardiola decidirá los 18 convocados.
En Sevilla la eliminación del Barça ha supuesto un pequeño respiro para Jiménez, una especie de tregua en la tensa guerra fría entre el técnico y buena parte del entorno sevillista. Sin embargo, la tranquilidad está muy lejos de ser definitiva. El Sevilla se encuentra ahora mismo fuera de la zona Champions y no puede permitirse tropiezos en la Liga, por lo que no viene de paseo al Camp Nou.
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