La fe de Rafael Márquez está intacta, pero sabe que el duelo eliminatorio del 12 de agosto ante Estados Unidos en el Estadio Azteca será el más complicado para el Tri en varios años. Por ello, no deja de señalar los errores cometidos en el camino.
Para el capitán de la Selección Nacional, la continuidad lograda por Estados Unidos ha derivado en el desarrollo futbolístico del acérrimo rival, contrario a la montaña rusa en la que va México rumbo a Sudáfrica 2010.
"Ellos han trabajado juntos más de tres años y eso habla de un proyecto que se marcaron y han dicho que buscarán ser campeones del mundo", dijo Márquez en entrevista telefónica. "Han respetado los tiempos, han respetado el trabajo de los directores técnicos, a los que no han cambiado mucho... Todo eso los hace un equipo muy fuerte".
Rafa lo ve muy claro: la clave es "tener organización, lo que tampoco tenemos en México".
La selección estadounidense ha tenido dos entrenadores durante los últimos 10 años: Bruce Arena y Bob Bradley. Tan sólo en el actual ciclo mundialista, el Tricolor estuvo dirigido por cuatro hombres: Hugo Sánchez, Jesús Ramírez, Sven-Göran Eriksson y Javier Aguirre.
"(Hay que) tratar de creer en directores técnicos nacionales, quienes saben realmente lo que tenemos en México, y no apostar por otra gente, aunque tengan experiencia; pero es lo que tenemos ahora, hay que trabajar, solucionarlo, y Dios quiera que podamos asistir a Sudáfrica", desea el internacional mexicano.
-¿Fue un error contratar a Sven-Göran Eriksson?
-No sé si se equivocaron. Lo hecho, hecho está y no se puede hacer nada. Ahora tenemos un compromiso el próximo 12 de agosto, en el que tenemos que ganar sí o sí, porque de otra manera se complicaría mucho el boleto.
Márquez admite que desde "la época en la que llegó Javier, para el Mundial de Corea-Japón, no se hablaba tanto de un partido, porque la eliminatoria pasada la superamos con mucha facilidad y ahora es otra circunstancia, peligra la clasificación".
No obstante, está convencido de que se pueden sumar los tres puntos. Eso sí, solicita apoyo irrestricto de los aficionados, que acudan al Coloso de Santa Úrsula, porque "lo necesitamos".
Confía en estar listo físicamente para ser tomado en cuenta por El Vasco, pero reconoce el actual momento de los estadounidenses en la Concacaf. De hecho, los pone como favoritos para el crucial encuentro, aunque eso no significa que dé por perdida la causa del Tricolor.
"En este momento, quizá el rival es más fuerte que nosotros, nos preocupa más y eso hace que sea de vital importancia el partido que sigue", sentencia el michoacano. "Lo han demostrado. Ahora, en la Copa Confederaciones, han hecho un buen papel, con equipos importantes, y se ve una escuadra sólida, un equipo muy fuerte, en el que han tenido mucha continuidad".
Pero Márquez mantiene la esperanza firme: "Desde luego que se les puede ganar. Tenemos que confiar en nosotros, en nuestro trabajo, en nuestra casa, en nuestro público, en nuestro estadio. Tenemos mucho para ganar, pero necesitamos el apoyo de toda la gente, porque va a ser muy importante ese día".
Tan importante, que para México podría significar el boleto al Mundial. No hay margen de error. El capi lo sabe.
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