Thierry Henry está entre algodones. El jugador lleva varios días quejándose amargamente de unas molestias en el talón de Aquiles de ambas piernas seguramente debido a la intensidad de los entrenamientos y la sobrecarga de esfuerzo que ha acumulado en la gira americana. El delantero francés se está sometiendo en los últimos días a un trabajo especifico para intentar remitir estas molestias, que no son graves pero sí preocupantes. En todo caso, el jugador ha pedido a Guardiola jugar el partido ante el Chivas para probarse a sí mismo y comprobar su estado real, ya que no hay que olvidar que Henry tiene un partido oficial el próximo día 12 de agosto en las Islas Feroe, clasificatorio para el Mundial 2010, y no está dispuesto a viajar mermado de facultades. Henry se ha autoimpuesto el partido ante los mexicanos como un test sobre si sus talones son capaces de soportar un partido de máxima exigencia o si bien conviene descansar para evitar males mayores.
En todo caso, si el jugador considera que no ha superado el test con garantías, renunciaría a ir con Francia, siempre y cuando los galenos del club y de la selección francesa se pusieran de acuerdo en los riesgos inherentes con el fin de evitar una lesión más grave.
Pep Guardiola le ha dado el visto bueno a jugar, pese a las molestias, con el aviso de parar inmediatamente en el momento que note que los talones se están sobrecargando. Los médicos también han insistido al francés para que no fuerce en ningún momento porque son conscientes que este tipo de molestias conllevan un riesgo importante de lesión.
Así pues, Henry jugará con la máxima precaución, consciente que se trata de un amistoso y que conviene no forzar. Y es que ‘Titi’ sabe que el partido de Francia es muy importante y que su selección le necesita, pero siempre y cuando se encuentre en perfectas condiciones.
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