El mundo es de los insistentes, de los que nunca se rinden. Eso es lo que deben pensar en las oficinas del Barcelona, pues tanto en la directiva como en la secretaría técnica barcelonista aún hay gente que espera que se produzca un milagro y que Cesc acabe vistiendo de blaugrana la próxima temporada pese a las dificultades que impone el Arsenal, que no quiere vender a ningún precio. De hecho, la razón asiste a los directivos blaugrana, que deben de pensar que más difícil era lo de Ibrahimovic y que, sin embargo, acabó por concretarse.
Así pues, ajenos a los desaires que le llegan al Barça desde Londres, los ejecutivos barcelonistas confían en conseguir el fichaje de Cesc como ese corredor que se recupera milagrosamente en la recta final y sobrepasa contra pronóstico a sus rivales sobre la misma línea de meta. Así está el tema, pero la fe mueve montañas.
El Barcelona piensa apurar sus opciones para que el centrocampista de Arenys sea jugador del Barça esta misma temporada. Cuentan para ello con diversas esperanzas a las que aferrarse además de la fe inquebrantable.
Uno de ellos, que es el más importante de todos, es el deseo del jugador por vestir la camiseta del Barcelona. El futbolista desea regresar a su casa, se siente algo decepcionado por como se ha deteriorado el proyecto deportivo del Arsenal y quiere ganar títulos.
Cuando Cesc llegó al Arsenal, los ‘gunners’ eran un equipo que aspiraba a ganar la Premier y que era candidato a la Champions League. De hecho, el centrocampista catalán llegó a disputar ante el Barcelona la final de la Champions League en el estadio Saint Denis de París el año 2006. Desde entonces, el Arsenal ha ido en franco declive.
El Barça sabe que para que el jugador logre irse del Arsenal sería necesaria, casi obligatoria, una presión directa del futbolista sobre Arsène Wenger, el hombre que le descubrió, que le dio la oportunidad de jugar al máximo nivel y que le ha hecho capitán de los ‘gunners’ a los 22 años.
No parece que Cesc esté por la labor de enfrentarse a un hombre que respeta tanto en una semana tan decisiva como la que se le avecina al Arsenal, que inicia la Premier hoy sábado ante el Everton y que el martes se juega el primer partido previo a la clasificación de la fase de grupos de la Champions ante el Celtic.
De hecho, el partido del próximo martes en Celtic Park puede marcar el fin de las esperanzas de los directivos del Barcelona. Si Cesc debuta en la Champions con el equipo londinense, cualquier opción de que el catalán regrese a casa este año quedaría totalmente abortada. Otra cosa es lo que pueda pasar a partir de la primavera que viene cuando en plena época electoral el nombre de Cesc sea bandera de más de un candidato a la presidencia del club.
También se aferra el Barça a la noticia aparecida ayer en la prensa inglesa y en la que aseguraban que Wenger estaría dispuesto a discutir sobre el posible traspaso de Cesc siempre y cuando Bojan entrara en la operación como compensación al traspaso.
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Wenger, inflexible: “No hay opción alguna de que se vaya”
Si el Barça sigue teniendo fe en que Cesc vista de blaugrana después de escuchar la rueda de prensa de ayer de Wenger, es que los directivos barcelonistas saben algo que se niega al resto de los mortales. “¿Ustedes creen que realmenteestoy dispuesto a vender a uno de nuestros mejores jugadores el día antes de que empiece la Liga? No hay opción de que se vaya”, dijo ayer el técnico alsaciano. “Yo no puedo evitar que la gente que tiene insomnio explique las cosas que se les ocurren en las largas noches en vela, pero lo cierto es que tanto Cesc como yo estamos comprometidos con nuestro club, y más ahora”, recalcó el entrenador
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