Friday, March 12, 2010
ROONEY TIENE ENTRE CEJA Y CEJA LOS 42 GOLES DE CRISTIANO
se sabe que los futbolistas son supersticiosos. Rooney también lo es. Paseando por Prestbury encontró un pub de nombre 'Admiral Rodney': creyó haber leído Admiral Rooney, entendió que era un mensaje divino y construyó su casa en ese pequeño pueblo de Chesire. Le ha ido bien desde entonces y no ha llegado todavía a su techo. Como dijo Alex Ferguson ayer, su objetivo debería ser superar los 42 goles de Ronaldo de hace dos años. Lleva 30 en 37 partidos, 10 de ellos de cabeza, 13 en sus últimos once encuentros. Lo dicen los números y las impresiones: Rooney es hoy el mejor jugador del mundo.
Inglaterra llevaba décadas esperando un talento de estas proporciones, capaz de ganarles un Mundial, pero también representante de los valores más apreciados en las islas: humildad, dedicación, ambición. Rooney tiene, por parte de padre, genes de boxeador y la convicción de que la vida es un campo de batalla. Nació en el modesto barrio de Croxteth y allí aprendió que nada es fácil: de pequeño, llegaba una hora antes para entrenar y se quedaba una hora más que el resto de compañeros de la cantera del Everton. Sus amigos le llamaban 'el perro' y su determinación le hizo jugar con los de once años cuando tenía nueve; con los de 17 cuando tenía 14 (cuando cobraba 100 euros a la semana) y debutó con el primer equipo con 16.
Ha aprendido ya que los momentos más memorables (debutó con un hat-trick ante el Fenerbahçee en septiembre del 2004) siempre tienen su lado oscuro. Fue expulsado ante el Villarreal en 2005, en 2006 por golpear a Pepe en el rostro con el codo y en el Mundial del 2006 ante Portugal, y sustituido ante España en 2004 porque había perdido los papeles. Pero su comportamiento ha mejorado. Ferguson le enseñó a convertir su ira en fútbol. Sir Alex le colocó de punta tras la marcha de Ronaldo. El resto es historia.
El delantero, el más joven en llegar a los 200 partidos en la liga inglesa, tiene tatuado en su brazo derecho, "suficiente educación para jugar" que, además de un lema que define su sentido del humor y sus orígenes, es un álbum de su grupo favorito, The Stereophonics.
Tiene sin duda suficiente educación futbolística: ha aprendido la labor de un delantero moderno, apoyado, por un lado, en una intuición que le permite saltar o hacer la carrera en el momento justo y en su inmenso talento. "Es uno de los tres mejores futbolistas del mundo", dice Capello. "No necesitas ser un experto para ver que Rooney es especial", afirma Arsene Wenger, el técnico del Arsenal de Cesc.
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