Cuando las radios empezaron a cantar, el pasado martes, la alineación del Barça ante el Inter, más de un culé se llevó las manos a la cabeza al ver que en ella faltaban Leo Messi y Zlatan Ibrahimovic. Pero estaba Pedro Rodríguez, otrora Pedrito, y hoy rebautizado como PR 17.
Las estadísticas del futbolista canario hablan por sí solas: marca un gol cada 108 minutos, números que mejoran ostensiblemente los registros de cracks como Messi, Ibrahimovic o Thierry Henry. La temporada de Pedro está siendo sensacional pero, a pesar de eso, el éxito no se le sube a la cabeza. Al término del partido contra el Inter, después de haber mareado a Maicon y marcado su segundo tanto en la Champions League, dio todo el mérito de sus logros al resto del equipo: "Quiero felicitar a mis compañeros. Todo lo bueno que me está ocurriendo hasta el momento es gracias a ellos".
Ese gol cada 108 minutos es el resultado de la conjunción de dos factores: el buen funcionamiento de un equipo que juega de memoria y el propio acierto goleador de Pedro. Sus números, su efectividad, lo han puesto por delante de Bojan Krkic, principal damnificado por la explosión del volcán canario.
En ese sentido, la cara del delantero de Linyola, cuando terminó el partido del martes, era todo un poema. No sólo por los cinco escasos minutos que le dio Guardiola -sustituyendo a Pedro, precisamente-, sino porque vio claro que éste le ha pasado por delante y que va a tener que trabajar muy duro para hacerse un hueco en el equipo. A día de hoy, lo que parece claro es que el primer relevo que Pep tiene en la cabeza para Messi o Henry es canario y se llama Pedro Rodríguez
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