Wednesday, November 4, 2009

EL BARZA NO PUDO EN KAZAN Y SE QUEDO HEALDO

Ni el frío, ni la nieve, ni la humedad, ni siquiera el mal estado de la hierba fueron los problemas con los que se encontró el Barça este miércoles en Kazán. Tan sólo la falta de acierto de cara a portería y, sobretodo, la buena disposición defensiva de los rusos impidió a los azulgranas volver a Barcelona con la victoria.

Guardiola, consciente de la importancia del partido, apostó por un once de gala, en el que el regreso de Alves al lateral fue la nota más destacada. El brasileño, que volvía al equipo después de una recuperación ‘express’, dio mayor velocidad y profundidad al juego del Barça, a la vez que permitió al técnico azulgrana volver a confiar el cerrojo de la portería de Valdés a Puyol y Piqué.

SALIDA ELÉCTRICA

Mucho se habló en la previa del partido de las adversidades climatológicas a las que el Barça debió hacer frente en Kazán, pero lo cierto es que el frío no impidió a los azulgranas salir al terreno de juego ‘enchufadísimos’. Perfectos en la presión, el Barça se convirtió enseguida en el dueño y señor del esférico (en el minuto 13%, tenían el 86% de posesión de balón a su favor). Un dominio que permitió que las ocasiones sobre la portería de Ryzhikov no tardaran en llegar.

La primera, en el minuto 2 de partido, cuando Ibrahimovic estrelló el balón al palo, tras un gran pase de Andrés Iniesta. Era el primer aviso del sueco, que una vez más, tuvo una actuación más que destacada en un partido en el que no se cansó de presionar, asistir a sus compañeros y, como no, probar suerte de cara a barraca.

Pese a la gran de intensidad del Barça, el Rubin Kazán también supo jugar muy bien sus cartas. Muy ordenados en defensa, a los de Guardiola les costó dios y ayuda romper las dos líneas de cinco que presentó Kurban Berdey, técnico del Rubin. Lo pudo hacer Xavi, en el 18 de la primera mitad, cuando dejó sentado a César Navas y se inventó una bonita vaselina, que salió fuera por poco. También, tuvo la suya Messi, dos minutos después, cuando asistido por Ibrahimovic se quedó solo delante del meta ruso. El argentino, sin embargo, no pudo rematar el balón ante la buena salida de Ryzhikov.

El gol se resistía. El Barça lo probó y probó durante la primera mitad, pero la pelota no quiso entrar y el conjunto ruso consiguió irse al descanso con el 0-0 en el marcador.

VALDÉS, PROVIDENCIAL

Tras la reanudación, el guión del encuentro se mantuvo intacto durante los primeros minutos: con los de Guardiola volcados en ataque y el Rubin Kazán, intentando sorprender en la contra. Y es que los rusos, que ya habían hecho lucirse a Valdés durante la primera mitad (min 40’) pudieron decantar el signo del partido con dos grandísimas ocasiones de Bukharov (30’ y 32’). Por suerte para los azulgranas, Valdés resolvió de manera providencial y blocó ambos balones.

El Barça pasaba por sus peores momentos y Guardiola decidió echar mano al banquillo. Henry substituyó a Keita, para que Iniesta se retrasara su posición hasta el medio del campo. Corría el minuto 36 de la segunda mitad y el partido estaba más peligroso que nunca. No acertó esta vez el técnico con el cambio. Y es que el francés tuvo en sus botas dos grandísimas ocasiones para sentenciar el encuentro durante los últimos minutos de partido. No acertó ninguna.

Al final, 0-0 en el marcador y todos los deberes por hacer en la Champions. Los de Guardiola deberán ganar los dos encuentros que les quedan contra el Dynamo y el Inter de Milán para sellar su pase a octavos de final. El camino está claro, ahora sólo falta que el Barça recobre su puntería. Paciencia.

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