Sábado, 2 de octubre de 1999, Zorrilla, diez y cuarto de la noche. Juegan Valladolid y Barça. Luciendo el '32' en su camiseta azulgrana, con 0-1 en el marcador, un joven melenudo debuta con el primer equipo en el minuto 11 de la segunda parte. Se llama Carles Puyol y, por entonces, 'Litos' solamente es famoso en La Pobla de Segur. Hoy, 10 años después de sustituir a Simao Sabrosa, Puyol es un futbolista conocido en todo el mundo. El Barça ganó por 0-2 aquel partido en Pucela, pero sobre todo ganó uno de los más grandes referentes que ha tenido nunca en su defensa. Premonitorio fue el comentario que Mundo Deportivo le dedicó tras su estreno. Calificado como "revulsivo", destacó su "gran partido", dando "nuevos bríos al Barça, perfecto tanto en defensa como en ataque". Podría ser un resumen de su brillante carrera.
"Estaba 'medio fuera'"
Puyol es el ejemplo de que el trabajo puede serlo casi todo. Inconformista casi patológico, era un jugador más en el filial, actuando como interior diestro. A punto de irse al Málaga, un entrenamiento en precario obligó a Louis van Gaal, entonces técnico en el Camp Nou, a reclutar gente del Barça B. Entre ellos estaba Puyol. Su entusiasmo gustó tanto a Louis que muy probablemente sin aquella sesión de rebajas Puyol no sería hoy, con 31 años, el gran capitán culé. Por eso, en una entrevista concedida a Sandra Sarmiento y Xavi Rocamora, de Barça TV, resaltó su admiración hacia un personaje que a él sí le caerá siempre bien. "Gracias a Van Gaal debuté y fue un día importantísimo para mí, porque en pretemporada estuve 'medio fuera'". Primero como lateral, Puyol sobrevivió al quinquenio más negro del club. "Los primeros cinco años fueron muy difíciles, no ganábamos títulos pero sobre todo no luchábamos por ellos... en la Liga siempre estábamos lejos del líder y eso es lo más duro". "En este club la obligación es estar siempre entre los mejores", asume. Llegaron esos tiempos mejores. Tres Ligas, dos Copasde Europa y el legendario triplete. "Venimos de una temporada perfecta pero no tenemos bastante, queremos más y lo intentamos demostrar en cada partido".
El Henry de París y el 2-6
En diez años, un recuerdo sobresale: "El del Bernabéu... fue muy importante el 2-6 porque además veníamos de uno de los peores partidos de mi carrera", en alusión al pasillo culé en ese estadio. En diez años, el marcaje más difícil: "Henry, en la final de París, aunque he tenido la suerte de no jugar contra Leo o Andrés". Y en diez años, no elige ninguna actuación personal, ni siquiera la final de Roma, en la que dejó el centro de la zaga para recuperar su posición-trampolín, el lateral diestro. "Estoy contento con el partido que hice, pero no me quedaría con uno... otro día especial, un 5-1 con el Chelsea".
Puyol se siente "muy bien", "pese a mi edad y a que me quieren jubilar", agrega. Sus risas anticipan una broma... o no. "Ya dije la temporada pasada que me quedaban diez años y la gente se rió, ahora ya son nueve".
A nueve meses está de acabar contrato. Nadie se imagina un Barça sin Puyol. Nada dice al respecto, aunque su corolario quizás serene a la afición. "Haber jugado tantos años en el Barça y haber ganado tantos títulos es un sueño hecho realidad. Espero ganar muchos más
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