Argentina se entrena por la tarde por orden de Maradona. Por la mañana le resulta humanamente imposible: no se levanta antes del mediodía. Ahora ha arremetido contra Bilardo, al que aceptó en marzo en el entorno de la selección a instancias del presidente Grondona, que desde 1979 mueve los hilos del fútbol argentino. Bilardo filtra y filtra sus intenciones.
"Sé que lo pusieron por si fallaba, pero demostré que puedo mandar y mandaré", repite Diego. La chispa de este incendio fue que Maradona se marchó a hacer su enésima cura de adelgazamiento a Italia y Bilardo aprovechó para pergeñar una lista de jugadores locales para el amistoso de la pasada semana con Ghana (2-0, goles de Palermo) y Maradona volvió a Argentina echando humo. Fue su primer sonoro, ¡aquí mando yo!
Pero al Pelusa, que en el entrenamiento de ayer a puerta cerrada probó con Messi e Higuaín como pareja titular en el ataque, le falla la puerta de atrás. Bilardo y otros filtran situaciones que perjudican su imagen como entrenador. Por ejemplo, que la víspera del partido con Brasil (que perdió 1-3) les puso un vídeo motivador a los jugadores: lo protagonizaban sus familares. Uno les decía: "¡Vamos, echadle huevos ante esos negritos!". Otro clamaba: "¡Ganad por nosotros y por todos los argentinos". El final fue tremendo, la mayoría de los futbolistas quisieron que se les tragara la tierra.
La opinión pública recela de Maradona (la mayoría de encuestas concluye que no está preparado para ser entrenador) y de los jugadores, a los que ve (Messi el primero) poco comprometidos con el equipo. Es la misma gente que exigió que Maradona relevara a Alfio Basile en la selección. Hijos de quienes clamaron por su vuelta en otro Mundial que se complicó: el del 94, cuando con Diego ganaron la repesca a Australia. Fue convocado por el pueblo tras el histórico 0-5 ante Colombia, pues estaba fuera de la selección. Lo hizo sin pasar el antidopaje En el Mundial sí lo pasó y acabó su carrera.
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