Puede sorprender que el delantero francés con más talento no haya sido titular en ninguno de los dos partidos que la selección gala acaba de jugar: Rumania y Serbia (1-1 en ambos). Estos resultados hacen que sea casi imposible que Francia acabe primera de su grupo de clasificación para el Mundial. Pero han sido dos partidos en los que Benzema tuvo una participación anecdótica: 17 minutos en el primero, inédito en el segundo.
Doménech no confía en el neo-galáctico, o mejor dicho, no se fía de él. Pensábamos que la cena entre los dos en el restaurante De María de Madrid, tras el Trofeo Bernabéu, había permitido limar asperezas, pero Doménech ha vuelto a pasar de Benzema. De ahí el enfado mezclado con tristeza del madridista, harto ya de los desplantes del seleccionador.
No creo que éste último tenga dudas sobre el talento de Benzema, ni sobre su capacidad de hacer algo grande con Francia Pero Doménech es un hombre amenazado, un seleccionador odiado por la mayoría de los aficionados galos y que se juega su futuro en cada partido. Por ello, en la importante cita contra Serbia, prefirió apostar por un jugador más sumiso, más inclinado a defender la causa del entrenador: André-Pierre Gignac.
Delantero centro del Toulouse, fue pichichi de la Liga francesa la campaña pasada (24 goles). No es una estrella pero Doménech ve a este futbolista de etnia gitana como alguien mucho más implicado que Benzema. A pesar de que el 11 del Madrid sea mucho mejor Sin embargo, sus goles en España son los que cambiarán el destino de Benzema con Francia. Nadie entendería que un jugador que triunfa en el Madrid pueda quedarse fuera de su selección.
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