El nuevo gran objetivo del Barça se llama Cesc Fàbregas. Tras varios días marcados por los continuos rumores en este sentido, ahora es Pep Guardiola el que avala personalmente el regreso del catalán (Arenys de Mar, 4 de mayo de 1987) y el club pondrá a funcionar su maquinaria para intentar la incorporación de uno de los jugadores con mayor proyección del fútbol universal.
Cesc abandonó en 2003 la cantera blaugrana para iniciar una aventura inglesa que le ha reportado un colosal resultado, ya que en cinco años se ha convertido en el referente del Arsenal, en la pieza más importante en el esquema de Arsène Wenger y en uno de los jugadores más mediáticos del planeta. Hasta la fecha, Fàbregas ha disputado más de 200 partidos con el primer equipo y es uno de los grandes ídolos de la afición ‘gunner’. Precisamente estas tres circunstancias no hacen sino dificultar en grado sumo las opciones del Barça por protagonizar una de las ‘bombas’ del mercado de fichajes.
El Arsenal no dará fácilmente su brazo a torcer, sobre todo en un verano en el que ha visto cómo dos de sus grandes figuras, el togoleño Emmanuel Adebayor y el marfileño Kolo Touré (hermano del blaugrana Yaya), abandonaban el Emirates con destino al Manchester City. Por ello, los jeques de los Emiratos Arabes que poseen y presiden el club londinense exigirán cantidades muy elevadas por el catalán.
En esta tesitura, el Barça reitera que no utilizará las tácticas que han hecho famoso al nuevo Real Madrid de Florentino Pérez y no parece dispuesto a ofrecer más de 30 millones de euros. El club considera que se trata de una oferta ajustada a mercado que debería ser suficiente para incorporar a uno de los jugadores preferidos por Pep Guardiola.
No parece fácil, pero el Barça juega con las cartas marcadas, por decirlo así, ya que el propio Joan Laporta conoce personalmente los deseos de Cesc Fàbregas de cambiar de aires y volver a casa.
Por una parte, el campeón de Europa con la selección española el pasado verano es un ganador nato y no ve claro el futuro del Arsenal, sobre todo tras el adiós de Touré y Adebayor, así como por la ausencia de fichajes de primer nivel. En este sentido, el meta ‘gunner’ Manuel Almunia fue muy claro la pasada semana al asegurar que Cesc podría “aburrirse” en la entidad londinense ante la sequía de títulos.
Por otra parte, Fàbregas considera que ya ha obtenido el máximo partido de su aventura inglesa y arde en deseos de regresar a Catalunya, algo que acabará sucediendo. Su sitio natural es el Barça y el propio jugador ya ha reiterado a sus íntimos que quiere volver. En los últimos seis años, cree que ha madurado suficientemente en todos los aspectos y ya domina el inglés casi como si fuera su lengua materna. En fin, que ha explotado como jugador y ahora quiere exhibirse en el equipo que lo vio nacer.
Guardiola ya ha hecho saber a la directiva barcelonista que quiere a Cesc Fàbregas en el equipo y lo ha situado en sus preferencias incluso por encima del argentino Javier Mascherano (Liverpool). Con la mente siempre puesta en los automatismos que han encumbrado a este Barça, el técnico considera que el centrocampista catalán le permitiría una mayor riqueza de opciones y movimientos por su versatilidad y por su capacidad para cumplir con creces también por la izquierda. De hecho, podría formar una sociedad letal junto a Andrés Iniesta y ambos volverían locas a las defensas rivales por su ingente calidad y por su capacidad para intercambiar sus posiciones en el momento preciso.
Además, su llegada contribuiría a ilusionar aún más a una afición blaugrana que, pese a llevar seis años en el extranjero, ha encumbrado a Cesc Fàbregas y sueña con verlo en Can Barça. El club ya ha puesto sus cartas sobre la mesa y se planta inicialmente en 30 millones de euros. Mientras, el Arsenal no parece dispuesto a permitir el adiós del último referente que le queda, pero últimamente se trata de una entidad más centrada en promocionar jugadores muy jóvenes y hacerlos madurar que en mantener a sus figuras cuando éstas adquieren talla universal (Sol Campbell, Ahsley Cole o el mismísimo Thierry Henry).
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