Sunday, August 23, 2009

EL BARZA GANA SU CUARTO TITULO

Primera final de la temporada y, tal y como avisaba en la previa, Pep salió con todo ante el Athletic. El de Santpedor colocó en el campo a su mejor once, con Ibrahimovic por primera vez como titular y con la única sorpresa de Maxwell en lugar de Abidal en la banda izquierda.

Era el estreno oficial en casa de los dos únicos fichajes de la nueva temporada y la primera vez que coincidían en ataque el ilusionante tridente formado por Messi, Ibra y Henry. Un trío en el que el sueco dejó bien claro que es un jugador diferente a Eto’o. De hecho, no se parecen en nada. Mientras el camerunés vive en el área y se anda con pocas florituras, Ibra es un jugador preciosista y con mucha movilidad, cayendo a la banda y dejando espacios para que sus compañeros puedan incorporarse al ataque.

Es por eso que no debería sorprender que este año las ocasiones en este Barça estén más repartidas que nunca. Xavi, Piqué, Keita, Messi, Henry... todos tuvieron la ocasión de marcar en una primera parte de claro color azulgrana. Los hombres de Guardiola tenían el balón y volvieron a demostrar que con él, son capaces de hacer cualquier cosa. De hecho, en esta primera mitad sólo faltó que el esférico encontrara la red.

En eso, el que más cerca estuvo fue Ibrahimovic. Un magnífico pase de Messi lo controló con el pecho el sueco, que intentó superar a Gorka con una media tijera que pudo desviar con éxito el portero bilbaíno. Fue la primera gran jugada de combinación entre ambos de las muchas que se verán durante todo el año.

El Athletic no oponía resistencia y, pensando más en el partido europeo del jueves, se limitó a dar patadas con la connivencia del árbitro y tratar, a base de tarascadas y juego duro, de evitar que el Barça marcara. Nada nuevo en el equipo de Caparrós, que logró su ‘objetivo’ en los primeros cuarenta y cinco minutos.

Porque en la segunda parte el Barça decidió no fallar más. Cuatro minutos tardó Xavi, -inmenso como siempre-, en encontrar a Ibra y éste, de primeras, habilitó a Messi para que se fuera con habilidad de Koikili y superara la salida de Gorka con un toque sutil.

Fue un gol merecidísimo y que, realmente, cambió bien poco el devenir del partido y del título, porque el Barça tenía la Supercopa en sus manos y siguió jugando a placer y buscando un segundo gol que hiciera más justícia a lo visto en el campo.

Era un monólogo azulgrana en el que las ocasiones llegaban a velocidad de vértigo: un centro de Ibra al que no llegó Messi; un tiro de Xavi que salió desviado; un remate de Puyol al travesaño… Innumerables ocasiones que no conseguían convertirse en gol.

Tuvo que ser después de un dudoso penalti de Ustaritz sobre Alves, que el equipo azulgrana marcara el segundo. De nuevo Messi fue el encargado de lanzar la pena máxima con maestría, poniendo el 2-0 en el luminoso.

Con el partido ya resuelto, Guardiola quiso dosificar a Ibrahimovic y cambió al sueco por Bojan, que a diferencia del ex del Inter, logró ver portería en la primera ocasión que tuvo. Un error garrafal de la defensa del Athletic le permitió al de Linyola encontrarse cara a cara con Gorka y, tras regatearlo, entrar casi caminando con el balón dentro de la portería rojiblanca.

Fue un claro ejemplo del pobre partido realizado por el conjunto vasco y casi el punto y final a un partido dominado con total claridad por el Barça, que suma su primer título de la temporada sin tener que sufrir demasiado. Ha caído el primero y ahora toca ya pensar en la final de la Supercopa de Europa que se disputará el viernes en Mónaco ante el Shakhtar.

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