Travis Henry, ex jugador de los Broncos de Denver, fue sentenciado el miércoles a tres años de cárcel por financiar un cártel de narcotraficantes que movía cocaína entre Colorado y Montana.
El ex running back, de 30 años, fue arrestado en octubre por agentes federales antinarcóticos, tan sólo unos meses después de que los Broncos lo dieran de baja.
Se declaró culpable en abril de un solo cargo de asociación delictuosa para traficar cocaína. Al presentar la sentencia el miércoles, el juez de distrito Richard Cebull también le dio a Henry cinco años de libertad condicional y recomendó que entre a un programa de 500 horas para combatir las adicciones.
El programa de tratamiento podría quitarle a Henry hasta un año de su sentencia. Su abogado, Harvey Steinberg, dijo que con buen comportamiento podría retirársele más tiempo a la condena, y Henry podría estar fuera de prisión en 16 meses.
El ex jugador ha dicho que, cuando fue arrestado, pasaba apuros para hacer los pagos de manutención infantil tras procrear al menos nueve hijos con nueve mujeres. Pero Cebull dijo que fue la adicción de Henry a la marihuana la que desbarató su carrera y finalmente lo mandó hasta una corte federal.
"Este es un caso único en que eres un individuo único. Eres un excelente jugador de fútbol", dijo Cebull. "En este sentido no eres único: en tu hábito de consumo de drogas".
Cebull y la defensa dijeron que Henry jugó un papel menor en el cártel de narcotraficantes de Denver, e indicaron que un amigo lo involucró en esa asocación delictuosa.
Vestido con un traje azul de prisionero y con las manos esposadas, Henry ofreció disculpas ante la corte y dijo que sus actos delictivos no reflejan su verdadera personalidad.
"Si me dan la oportunidad, quiero decirle a los niños de todo el mundo que usar drogas y abusar de ellas no es el camino", afirmó.
Había enfrentado una condena de entre 10 años a cadena perpetua, así como una multa de cuatro millones de dólares. Cebull eliminó la multa porque dijo que Henry no podía pagarla.
Después de una niñez en la pobreza --su madre soltera recogía naranjas para ganarse la vida--, Henry avanzó en la vida hasta convertirse en un running back que estableció récords en la Universidad de Tennessee.
En el 2001 ingresó a la NFL y pasó a los Broncos en el 2007. Su descenso desde el pináculo de los deportes profesionales hasta convertirse en un reo federal sólo le llevó 13 meses, a partir de que los Broncos lo dieron de baja en junio pasado.
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