Amedida que vayan pasando los días, las repercusiones del clásico que anoche vivimos con tanta intensidad, dejarán paso a la realidad. Los puntos que anoche se dirimieron en el Santiago Bernabéu fueron muy importantes, sin duda alguna, pero, en el fondo, tienen el mismo peso y la misma trascendencia que los 21 puntos que aún quedan por disputar.
Lo sucedido en Madrid, a partir de mañana lunes, no podrá impedir que se vea lo que viene a continuación y no es otra cosas que un calendario bastante complicado para ambos aspirantes al título.
A priori, si tuviéramos que hablar de pequeñas ventajas, diríamos que al FC Barcelona le beneficia que de los siete encuentros que aún debe disputar hasta el final de la Liga, cuatro los afrontará en su estadio, en Camp Nou, donde sólamente ha empatado un partido, ante el Villarreal. Es muy meritorio haber dejado escapar únicamente dos puntos de 45...
Esta es una de las pocas diferencias entre los azulgranas y los madridistas. El equipo de Pellegrini ha venido mostrando una solidez perfecta en el Bernabéu: hasta que pasó por ahí el Barça y la hizo añicos.
El conjunto de Pep Guardiola recibirá este miércoles al Deportivo de Lotina, siempre un contrincante muy peligroso. Después, a priori, los tres visitantes son asequibles porque todos están en zona de descenso. ¿O será un arma de doble filo? Sea como fuera, Xerez, Tenerife y Valladolid, precisamente los tres equipos que hoy ‘huelen’ a Segunda División, desfilarán por el Camp Nou después de que lo haga el Depor.
Todo el optimismo que destilan los partidos como local, se transforma en preocupación cuando el Barça mira el calendario en campo contrario. La primera salida será a Cornellà-El Prat. Todo un derby que, precisamente por la rivalidad que siempre existe, se presenta con un resultado incierto. Y después del Espanyol, visita a dos de los mejores equipos de equipos de la Liga: Villarreal y Sevilla. No hace falta recordar que los sevillistas han sido los únicos que, hasta la fecha, han conseguido echar de una competición al Barça de Guardiola y fue en la Copa del Rey.
Por parte del Real Madrid cabe destacar que tiene cuatro salidas, una más que el Barça y ya se sabe que los blancos sufren más como visitantes que como locales.
La primera salida del Real Madrid será esta semana que entra a Almería, donde el mismísimo Barça empató contra el conjunto de Lillo. Los blancos, después, tendrán que jugar en unos campos donde tradicionalmente siempre han sido recibidos de uñas y han tenido multitud de problemas deportivos: Zaragoza y Mallorca. Los maños son ahora muy diferentes a los de la primera vuelta, donde el Madrid lo vapuleó y el Mallorca, que puso en un brete al Barça, es uno de los equipos más solventes jugando en casa.
El Madrid terminará la liga en Málaga y el tiempo dirá en qué condiciones llegarán los dos equipos. Los andaluces puede que se jueguen la vida, porque están un puesto por encima del descenso y al Madrid también le pueden ir los puntos para ser campeón.
Ya como local, los blancos, han de afrontar un duelo especialmente difícil, ante el Valencia. También recibirán a Osasuna y al Athletic, pero será frente al Valencia, que se juega estar o no la Champions League, contra dirimirá una batalla que tendrá a todo el fútbol español pendiente.
Veintiún puntos dan para mucho. Cualquier desliz ahora por parte de Barça y Real Madrid lo podrían pagar muy caro. Acabó el clásico. La Liga sigue. El Barça el líder, tiene tres puntos más que el Madrid y el ‘gol average’ a favor. Pero que no se fie.
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