Robinho está moviendo piezas. Desde Abu Dhabi. Su angente, Chris Nathaniel, que se hospeda en el mismo hotel que la expedición del Manchester City, se cruzó en el Emirates Palace con varios periodistas y les explicó que el brasileño quiere dejar el club inglés.
El problema es que los periodistas en cuestión escriben en el The National, un rotativo diario en la capital de los Emiratos Arabes, que también es propiedad de la familia real. La noticia llegó pronto a oídos de los propietarios del City, miembros también de la realeza, a los que no les gustó demasiado lo que Robinho, a través de su representante, va diciendo por ahí. Y es que nadie dice abiertamente que la salida del brasileño sea una posibilidad en el próximo mercado de invierno, pero todos lo piensan. Lo desean, incluso. Lo quiere Robinho, lo quiere el City, con su técnico, Mark Hugues, a la cabeza, y lo quiere también el Barça, que lo lleva queriendo desde el verano.
La cuestión es cómo se desarrolla la operación, en qué terminos. Ni los ‘citizen’ pueden permitirse el lujo de malvender al jugador, por el que pagaron 36 millones de euros al Real Madrid, ni el Barça debe parecer que lo necesita a cualquier precio. El que menos vergüenza tiene en todo el asunto es el propio jugador, que, con gestos como el de su agente, deja muy claras sus intenciones. Y deja claro también que no le temblará el pulso si debe posicionarse.
En ese sentido, el club de Manchester, aseguran desde Inglaterra, habría pedido la liberación del jugador al considerar que está lesionado, algo que, según explicaron desde la CBF, no es cierto. “No hemos recibido ninguna notificación para liberar al jugador”, aseguraban ayer desde Doha, donde se concentra la selección de Brasil para disputar el sábado un amistoso ante Inglaterra. Así, Robinho tenía previsto unirse al equipo de Dunga entre ayer noche y hoy mismo. El jugador no tiene ninguna intención de regresar a la concentración del Manchester City en Abu Dhabi para jugar hoy el amistoso que debe inaugura el estadio en el que se celebrará el Mundial de Clubs.
El delantero, pretendido por el Barça, quiere marcharse cuanto antes de su actual club, pese a que su director ejecutivo, Garry Cook, señale que “no sé de dónde salen todas estas cosas, alguien quiere crear confusión cuando hablan de que le dejaremos ir”. Cuando Robinho llegó a Inglaterra, cuajó con la colonia brasileña formada por Elano, Jo y Glauber Berti, pero ahora sólo queda Sylvinho, llegado más tarde, y su intención es la de regresar a la Liga este mismo invierno. Las negociaciones empezarán en Abu Dhabi, donde todas las partes están presentes. Manchester City, Barça y agente del jugador pueden sentarse a hablar. Ya no es necesario seguir escondiendo lo que parece evidente, el deseo del jugador de marcharse.
Angel Di María, su posible sustituto
El Manchester City deberá resignarse a perder a un futbolista por el que pagó 36 millones de euros, pero no se ha quedado sentado esperando a ver cómo ocurre. En Inglaterra han empezado a salir nombres de posibles sustitutos para el brasileño.El que gana enteros es el del futbolista argentino del Benfica, Angel di María, interior zurdo que cubriría la ausencia de Robinho. De todas maneras, Mark Hugues parece haberle dado la alternativa definitivamente a Craig Bellamy, que se ha ganado la titularidad con sus últimas actuaciones.
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