El centrocampista brasileño Kaká rechazó al término del encuentro ante el Olympique tener la culpa de la inesperada derrota a manos de los franceses y no dudó en culpar a todo el equipo del resultado final.
"Yo no soy el culpable de la derrota. La culpa es de todo el equipo", afirmó Kaká, que volvió a defraudar una semana más, acumulando ya numerosas críticas por su escasa adaptación al juego del Real Madrid.
Lo cierto es que el partido en Lyon se presentaba como una oportunidad de oro para que el brasileño se desquitara de sus discretas actuaciones de los últimos encuentros y consiguiera enlazar con éxito el centro del campo y la delantera merengue. Al final no hizo ni una cosa ni la otra, por lo que volvió a defraudar, eso sí, como la mayoría de sus compañeros.
A pesar de que intentó ofrecerse en diferentes parcelas del campo, Kaká no estuvo nada acertado y pocas veces ofreció una sensación real de peligro, por lo que vuelven a estar en boca de medios y aficionados los rumores sobre sus problemas físicos y su dilatado proceso de adaptación al juego del equipo.
No sólo el problema del brasileño fue no conseguir dar fluidez al juego de conjunto con veloces conducciones y rápidos pases a sus compañeros que nunca llegaron, sino que tampoco se prodigó apenas a la hora de buscar centros o pases entre líneas e incluso a la hora de probar fortuna con algún disparo lejano.
Kaká intentó sin éxito ofrecer su mejor versión pero incluso cuando cayó a banda fue incapaz de desbordar con suficiente autoridad como para generar ocasiones claras de gol o llegar en condiciones de centrar o regatear con suficiencia a su par.
Lejos del peligroso resultado final, en Madrid podría preocupar que de momento el brasileño parece no querer aceptar las críticas a su juego, tras sus declaraciones al finalizar el encuentro, donde mostró su frustración por la imagen ofrecida por el equipo y capeó el temporal de las críticas personales dirigiéndolas hacia el resto del equipo.
Kaká eludió así las críticas en la zona mixta de Gerland tras verse obligado por primera vez a defenderse públicamente de las críticas hacia su pobre juego. El rendimiento que ofrezca en las próximas semanas puede condicionar la reacción de la grada del Bernabéu y las sensaciones de Pellegrini respecto a relegarle al banquillo para dar entrada a otro compañero.
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