Fueron 75 minutos de abucheos, de agobio, de reclamos por sus yerros... Hasta que Omar Bravo le dio la razón a José Luis Real.
Ocho minutos más tarde, cambió los silbidos por una ovación de pie.
Justo en la noche que Javier Hernández no había brillado, el sinaloense apareció para quitarse la malaria y empujar al actual Guadalajara hacia la historia.
El Rebaño Sagrado inició un torneo con cuatro victorias consecutivas, lo que no ocurría desde 1956, es líder como nunca antes en torneos cortos y contundente como pocas veces en años recientes.
El 0-2 que registró el marcador electrónico de La Corregidora resultó demasiado cruel para un Querétaro que dio batalla durante más de una hora, aunque su lenta zaga no aguantó el vértigo de un ataque tan ligero como preciso.
Daniel Valdez y Joaquín Beltrán se hicieron cargo del Chicharito. Olvidaron a Bravo, quizá orillados por la baja de juego que el goleador había mostrado.
Eso explica que haya aparecido tan sólo en aquella jugada que rompió el empate (75'). Entonces sí, sacó toda la frustración que tenía contenida. Qué importó ser amonestado por el efusivo festejo, el segundo máximo anotador en la historia de las Chivas (105 tantos) regresó en un momento clave.
Noche intensa en la capital queretana, con dos equipos que mantuvieron su método de trabajo. Tan antagónicos como complementarios.
Los Gallos Blancos tienen claro que su plantel no les da para pegarse de tú a tú con un peso completo, por lo que prefieren aguantar y desdoblar lo más rápido posible. Casi les resulta, de no ser porque Luis Michel confirmó que vive un gran momento.
Bravo es toda entrega, por lo que Real decide aguantarlo al máximo en cada cotejo. Adolfo Bautista y Omar Arellano son dos opciones muy interesantes como recambios, pero el estratega rojiblanco demostró que empatar en cancha ajena no le agrada.
Cuando sustituyó a Édgar Mejía con El Bofo, el partido se rompió. Los experimentados defensas queretanos no supieron controlar al "genio" chiva, a quien le bastó sacar de la chistera aquel gran servicio que fue rematado por Bravo.
Ya lo de Javier Hernández fue el colofón a una noche en la que el equipo más popular de México actuó como aguafiestas.
La celebración por el 25 aniversario de La Corregidora se tiñó de rojo y blanco.
Ahí, en la zona técnica, Carlos Reinoso miró desconsolado los minutos finales del duelo. Uno de los máximos antichivas recibió una nueva afrenta muy dolorosa.
En especial por la forma en la que cayó el segundo gol. Mientras el encuentro estuvo empatado, el Querétaro apostó por aguantar y contragolpear, pero modificó tras el tanto de Bravo.
Las gacelas rojiblancas lo aprovecharon y construyeron la anotación que les permitió llegar al final con tranquilidad.
Son cuatro victorias, marca perfecta y consolidado como líder general. Ninguno de los actuales jugadores del Rebaño Sagrado había nacido en el año más reciente en el que se hiló esa cantidad de triunfos.
José Luis Real y sus pupilos ya hicieron historia, pero les falta un triunfo más para marcar un hito. Nunca en la era profesional el Guadalajara ganó sus primeros cinco choques de inicio. El Atlante será el último obstáculo para lograr la inmortalidad.
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