El líder se presentó con Pedro en lugar de Henry y con Puyol sustituyendo al lesionado Dani Alves ante un Molinón que desafió a la lluvia y se llenó hasta la bandera.
Iniesta fue quien puso en marcha la maquinaria y suyas fueron las primeras acciones de mérito. A punto estuvo de marcar el primero el culpable del 'baby boom' de Stamford Bridge pero no su tiro lo desvió con la cara Juan Pablo (11') después de una sotana de Messi y un pase medido de Xavi.
El Barça carburaba y el Sporting trataba de parar con entrega y presión las combinaciones de los 'pequeños' del Barça. Enseguida se vio que ni el anuncio de la fecha de las elecciones ni las polémicas sobre codos descentran a un equipo que ya juega de memoria y enamora allá por dónde pisa.
Zlatan Ibrahimovic, que no tuvo su noche, a punto estuvo de marcar en el minuto siguiente pero su remate de cabeza se fue al palo. El rechace lo remachó Piqué a la red pero el colegiado ya había señalado fuera de juego previo.
Con Pedro como arma el Barça empezó a martillear la defensa asturiana por la izquierda y Messi, huérfano de Alves, se animó a explorar más allá de su banda. Suyo fue un disparo que salió alto desde la frontal después de recortar en un palmo a su par.
El Barça dominaba, llegaba y solo le faltaba el gol. Y cuando eso ocurre ya se sabe que Pedro no suele faltar a su cita. Messi sacó rápidamente una falta sobre Iniesta, pase medido del manchego y definición de Pedro con la izquierda en un mano a mano con Juan Pablo (0-1, 29'). Quince goles lleva ya el tinerfeño esta temporada y empieza a toserle al mismísimo Henry.
A partir de ese momento el Barça asedió a un Sporting que parecía más pendiente de no acabar goleado que de empatar. Los de Manuel Preciado no inquietaron a Valdés pero consiguieron que solo Messi en un tiro cruzado y Zlatan en una falta lejana se acercaran a su portería con peligro.
ATACAR, ATACAR Y ATACAR
El manual del Barça no tiene teorías muy sofisticadas. Presión, posesión, ataque y recuperación. Así hasta que llega la ocasión. Y con ese mantra arrinconó el Barça al Sporting. Solo le faltó matar el partido. Y no fue por falta de ocasiones.
Primero Pedro, una pesadilla para Lora, cedió a trás a Iniesta pero el tiro de éste se fue demasiado cruzado (51'). Zlatan no llegó por poco a un pase interior del propio Iniesta cuatro minutos después. Preciado lo veía mal y buscó romper el ritmo del Barça con un doble cambio en la media; Barral y Castro por De las Cuevas y Carmelo.
De nada sirvió. Messi volvió a avisar en una jugada repetida de Pedro, jugada de extremo, pase atrás y tiro demasiado cruzado del argentino (64'). Eran los mejores minutos del Barça. Solo faltaba que Zlatan se sumara a la fiesta pero no tenía el día el sueco. Pedro tuvo el segundo en un rechace pero chutó al cielo cuando lo tenía todo a favor para marcar y tampoco acertó a remachar tras un nuevo intento de Ibrahimovic (74').
Tanto perdón empezó a hacer temer a más de uno. Pero el Barça no solo ataca bien, también se defiende con uñas y dientes. Hasta Messi vio una amarilla por cortar un contraataque rival. Márquez se sumó al asedio chutando una falta que salió desviada por poco y cerca del final Pedro volvió a tentar al gol pero su tiro cruzado lo desvió bien Juan Pablo (87').
Zlatan se intentó reconciliar con el gol en un nuevo tiro cruzado pero el portero asturiano le volvió a comer la moral atajando su disparo (88'). Los instantes finales fueron de nervios. Bojan entró por Pedro, Puyol vio la quinta amarilla en una falta in extremis y dos balones colgados del Sporting pusieron taquicárdicos a más de un culé que se acordó de Pamplona y Bilbao.
Al final se hizo justicia. El Barça ganó vía Pedro, por la mínima, sí, pero quien vio el partido sabe que mereció golear. El líder sigue con su marcha inmaculada, también en la segunda vuelta de una Liga que ya recuerda mucho a la del año pasado.
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