La obligación de los responsables del FC Barcelona, en todas sus áreas, es dirigir el club sin preocuparse del vaivén preelectoral que ya estamos viviendo. Es decir, sin importar lo más mínimo quien será el presidente de la entidad el 1 de julio.
No puede ser de otra forma, porque un club como el azulgrana no puede caer en el inmovilismo por el simple hecho del ‘qué dirán’. Sobre todo desde la parcela deportiva porque, entre otras cosas, el Barça ha de competir ferozmente con otros equipos ávidos de llevarse las mejores piezas del mercado.
Una de esas piezas es el catalán del Arsenal Cesc Fábregas.
Como ya se ha dicho en SPORT en diferentes ediciones, el acuerdo entre el futbolista y el Barça es absoluto. Ambas partes están de acuerdo en todo, incluso en el ‘timing’, y es cuestión de encarar la operación cuando sea el momento adecuado. Hasta que llegue ese día, tanto el jugador como el club negarán cualquier contacto. Máxima discreción.
El FC Barcelona ya sabe, al igual que Cesc, que habrá que hacer un gran esfuerzo económico para convencer a Arsène Wenger y al Arsenal. El mercado futbolístico internacional se volvió loco la temporada pasada con los traspasos de Cristiano Ronaldo, Kaká e Ibrahimovic.
Por lo tanto, la pregunta que debemos hacernos es: ¿tiene capacidad económica el FC Barcelona para afrontar otra fuerte inversión económica sin necesidad de endeudarse?
La respuesta es sí. De hecho, el fichaje de Ibrahimovic se paga al Inter de Milán sin necesidad de pedirle un solo euro a banco alguno ni la presencia de un aval de por medio.
La gran capacidad del FC Barcelona para generar ingresos le ha permitido en sólo seis meses de la presente temporada disponer de un flujo de caja de 47 millones de euros. Es decir, dinero contante y sonante para gastarlo en lo que crea más conveniente. Por sentido común, y viendo la trayectoria del club, es más que previsible que a finales de junio esos 47 millones se acerquen a la barrera de los 100. Lo que hace un club con dos dedos de frente es destinar parte de esa fortuna a rebajar deuda, amortizaciones... y fichajes.
El gran objetivo del Barça para la próxima temporada es Cesc, aunque también tendrá la necesidad de reforzar la plantilla en otras demarcaciones, como un lateral derecho que pueda sustituir con garantías a Alves cuando no juegue y un delantero de banda izquierda.
A esos 100 millones de euros que podrían destinarse a fichajes si fuera necesario, hay que sumar el dinero que podría obtenerse de la venta de algunos jugadores. Cada temporada, el FC Barcelona tiene que desprenderse de algunos de sus futbolistas, lo que hace menos gravosa su carga de fichajes. El músculo económico del Barça es fuerte, porque es una marca consolidada y una máquina de hacer dinero. Antes de abandonar el FC Barcelona, Joan Laporta quiere regalarle a la afición azulgrana otra foto soñada: el regreso a casa de Cesc, el hijo pródigo. Podría ser su último acto de servicio.
El Real Madrid, siempre detrás
El Real Madrid tiene muy complicado el fichaje de Cesc. No es que no pudiera poner encima de la mesa la cantidad de dinero que creyera oportuno, es que el FC Barcelona tiene un derecho preferencial siempre y cuando el Arsenal decida traspasarlo a un equipo de la Liga española. Ese compromiso por escrito se lo arrancó Sandro Rosell a David Dein, además de algo más de un millón de euros, cuando era vicepresidente del Barça en la temporada 2003-2004. Cesc se marchó al Arsenal con 16 años y el Barça le afeó a la entidad londinense ese comportamiento
No comments:
Post a Comment