Ahora, la Liga Europa, a la que da acceso la tercera plaza del grupo, es el reto más inmediato en las competiciones continentales para el bloque dirigido por Quique Sánchez Flores, un equipo que ganó en ánimo para próximos duelos con una actuación convincente, en la que el resultado no acompañó al empuje de los rojiblancos.
Aunque ni el mensaje de la previa ("El objetivo prioritario ahora mismo, tal y como está la situación, es seguir en Europa; y seguir en Europa es continuar en cualquiera de las dos versiones", dijo Quique Sánchez Flores) ni el once, con 'Kun' Agüero de suplente, eran los más apropiados para un duelo transcendental, el Atlético completó un encuentro de altura de Champions, a pesar del marcador final. Intensidad, presión y líneas juntas en las tareas defensivas fueron las señas del Atlético para encarar el inicio del choque, suficiente para sentirse capaz de contrarrestar y ensombrecer el juego del Chelsea, un rival superior física, técnica y anímicamente, pero no para asustar, al menos de principio, al checo Petr Cech.
Le faltó llegada al conjunto rojiblanco, limitado en ataque en algún centro sin rematador y, sobre todo, en lanzamientos desde el borde del área. Desde ahí lo intentó el uruguayo Diego Forlán, luego un notable José Antonio Reyes, con un tiro colocado que obligó a estirarse al guardameta, y más tarde el portugués Simao Sabrosa. No fue mucho en ataque en la primera media hora, pero casi lo mismo que el Chelsea, que no encontró vías tan rápidas hacia la portería de Sergio Asenjo como en Stamford Bridge, salvo un pase sobre el marfileño Didier Drogba, de vuelta a la 'Champions' después de tres partidos de sanción y al que Pablo Ibáñez arrebató el balón cuando se disponía a encarar sin oposición al arquero local.
Dos veces más apareció ofensivamente el equipo inglés, con un tiro de Joe Cole y un remate de Drogba, en la primera parte, despedida por el Atlético con el impulso moral de una buena actuación contra un rival que hace dos semanas le metió cuatro y con la convicción de que hoy tenía capacidad para derribar al Chelsea.
No esperó mucho más Quique Sánchez Flores para dar entrada a 'Kun' Agüero, de inicio suplente por unos problemas musculares, pero ya en el campo a los pocos minutos de la segunda mitad, justo después de que un lanzamiento de Drogba, parado por Asenjo y repelido posteriormente por el poste, inquietara al Atlético. Todo seguía abierto en un partido sin pronóstico claro, con el ímpetu del conjunto rojiblanco, dispuesto a no marcharse tan rápido de la Liga de Campeones, a la que tanto le había costado llegar durante el último año, y con las aisladas pero peligrosas acciones ofensivas del Chelsea, demasiado contemplativo ante su rival.
Y, en estas, apareció Agüero, en el segundo palo, preparado para enganchar un despeje de la zaga visitante. Su trallazo, imparable para Cech, dio ventaja al Atlético. Fue el reencuentro con el gol del delantero después de seis partidos sin marcar y el primero del equipo en la actual fase de grupos de la Liga de Campeones. Aún quedaban 25 minutos por delante, todo un mundo por disputarse, mucho más si es frente al Chelsea, ya con Ballack, Deco y Anelka sobre el césped, y por sufrir, como demostró el centrocampista portugués, que desperdició una mala salida de Asenjo con un disparo fallido sobre la portería local.
Lo confirmó Drogba en el tramo final del duelo, en un centro desde la banda izquierda que convirtió de cabeza en el 1-1 (m. 82) y en una jugada individual que transformó el 1-2 (m. 88), injusto castigo para un buen Atlético, que igualó a dos en el descuento, con un gol de falta de Agüero, pero que no evitó su eliminación de la Liga de Campeones.
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