Wednesday, October 7, 2009

LA PRIMERA VEZ QUE EL SALVADOR JUGO EN EL AZTECA


EL GRAFICO


Una noche de 1969, la selección de El Salvador jugó ante Honduras su primer partido en el estadio Azteca.

Fue la noche del 27 de junio de 1969 cuando la selección de El Salvador tuvo que definir en el escenario mexicano su serie de la eliminatoria rumbo a México 1970 en un tercer partido ante Honduras.
La azul había perdido 0-1 el partido de ida y ganado el de vuelta con un 3-0 categórico. Ahora clasificaría El Salvador con un global de 3-1, pero en esa época las cosas no se manejaban así: era necesario un tercer duelo de desempate en cancha neutral.

Era la primera vez que una selección salvadoreña pisaba el césped del “Coloso de Santa Úrsula”, construido dos años antes. Las cosas no se pintaban bien, pues llovía en el Azteca cuando el árbitro mexicano Abel Aguilar llamó para iniciar el partido, pero la canchaigual lucía impecable pese al aguacero.

En las gradas del Azteca habían alrededor de 16 mil aficionados, repartidos entre salvadoreños y hondureños, quienes se comían las uñas en los momentos previos.

EL PARTIDO
El Salvador, con dos veloces puntas en el ataque encarnados en César Acevedo y Mauricio “Pipo” Rodríguez, y con un centrodelantero, Juan Ramón “Mon” Martínez, complicó los cierres de los defensores hondureños Rafael Dick y Leonard Wells.

El equipo salvadoreño parecía que iba a arrasar en los primeros minutos, porque el manejo de Salvador Flamenco Cabezas se comía a los volantes de marca catrachos, y el complemento en la salida al ataque que le brindaban José Antonio “el Ruso” Quintanilla y Mario Monge abrían espacios decisivos en el frente ofensivo salvadoreño.

Por ello es que “Mon” Martínez puso el 1-0 guanaco a los escasos 9 minutos. Y aunque El Salvador no se echó atrás, Honduras supo tener una buena reacción a través de “la Coneja” Cardona y “La Chula” Gómez. Por cierto, un centro de Fernando Bulnes encontró a Gómez para que Honduras pusiera el 1-1 sobre el minuto 34.

El empate encendió a Honduras, que siguió presionando sobre la última línea defensiva guanaca que comandaban Salvador Mariona y el “Indio” Vásquez, pero no pudo elaborar una sola jugada de gol. Por el contrario, “Mon” Martínez, en una brillante jugada individual, venció al arquero Jaime Varela para poner de nuevo arriba a El Salvador con un 2-1.

EL DRAMA
Parecía que El Salvador se encaminaba con paso seguro a la vitoria, pero una desatención de la zaga azul a los 50 minutos la aprovechó “la Chula” Gómez para vencer a Gualberto “el Pulpo” Fernández y puso las cosas 2-2.

En las gradas del Azteca los paisanos sufrían, aunque existía el aliciente de que con el empate pasábamos, pues al final de este repechaje sí se activaba la regla de diferencia de goles.

Sin embargo, los jugadores salvadoreños se percataron de que en ese partido se jugaba mucho más que una clasificación a la siguiente fase, porque detrás de la competencia deportiva estaba la huella de una guerra naciente entre ambos países, y entonces había que entregarse al todo o nada por el orgullo.

Y simplemente por ello, cuando ya se jugaba el tiempo extra, “Pipo” Rodríguez se deslizó sobre su trasero en el piso mojado y le cambió la trayectoria a la pelota para marcar el histórico 3-2 que nos dio el pase, la opción de pasar a la final de CONCACAF, enfrentar a Haití, ganarle y abrir la puerta de nuestro primer Mundial.
En las gradas del Azteca quedaron volando las frases de los aficionados guanacos alborotados por el triunfo, como las de aquel que hacía maromas diciendo: “‘Pipo’ Rodríguez, San Salvador es tuyo”, o el del otro que ofrecía una misa al Salvador del Mundo.

Fue la primera vez que un equipo salvadoreño vestido de azul y blanco pisaba el estadio Azteca. Y valió la pena.

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