Si hay un refugio en el que la Selección Mexicana gusta recibir a sus rivales, darles una calurosa bienvenida con sus más de 100 mil espectadores, ése es el Estadio Azteca, el recinto por excelencia del Tri, donde resalta su magia y doma a su visitante, lo atosiga y envuelve en una atmósfera sin igual, de color verde, blanco y rojo.
El inmueble, que fue inaugurado el 29 de mayo de 1966, es un auténtico infierno para toda aquella selección que busca la proeza y salir intacta. Son más de 100 mil gargantas en contra, un combinado motivado e impulsado y una cancha donde la pelota parece encariñarse sólo con los de casa.
Pasan Mundiales, eliminatorias, torneos continentales o Copas Confederaciones y México simplemente se agranda, y se contagia de una afición ávida de un triunfo que le haga celebrar, de goles que le haga vibrar y de un juego supremo que termine en gritos y aplausos.
Porque, cuando se canta el Himno Nacional, el tiempo se detiene y una nación se une, alienta a sus 11 guerreros para que salgan en busca de la victoria, al tiempo que impacta al rival y le recuerda que está en terreno peligroso, en el templo del futbol mexicano, el de las 100 mil almas.
Apenas una derrota en partidos oficiales en más de 40 años desde su fundación, hacen del Azteca un auténtico fortín, la plaza predilecta para los mexicanos. Incluso, fue precisamente en este escenario donde México obtuvo su único título de selecciones mayores organizado por la FIFA, luego de vencer a Brasil 4-3 en la Final de la Copa Confederaciones en 1999.
Llegará Estados Unidos y su irreverencia, comandados por hombres que ya demostraron en la Copa Confederaciones que están para plantarse ante cualquier rival y que serán una amenaza para el Tri, que, además, intentará valerse del factor calor y la altura de la Ciudad de México; no por nada la cita es a las 15:00 horas.
El 'Aztecazo' no se olvida
En el recuerdo de la afición mexicana y de la Selección aún queda el único tropiezo verde que llegó hace ocho años. Se vivía una época gris en el Tri, el momento no era alentador y se perdía la esperanza para ir al Mundial de 2002. Costa Rica nos arrancó tres históricos puntos, unidades que nadie más ha podido llevarse, hecho inédito que caló entre la población, que nunca había visto caer a los suyos en casa durante una competencia oficial.
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