David Beckham se mostró lento la noche del jueves y tuvo poca influencia sobre el resultado en su regreso al fútbol estadounidense en la victoria del Galaxy de Los Angeles por 3-1 sobre los locales Red Bulls de Nueva York.
Ante un estadio semivacío, pues sólo una cuarta parte estaba ocupada, el mediocampista estelar que jugó su último partido el 31 de mayo en la liga italiana llegó tarde a varias jugadas y pareció quedarse sin aire. No tuvo oportunidades de patear tiros libres cerca del área, no lanzó centros con peligro y ni siquiera se hizo cargo de todos los tiros de esquina del Galaxy mientras estuvo en la cancha.
De todas maneras, los fanáticos corrieron hasta las butacas más bajas cada vez que tiró un córner para sacarle mejores fotos y muchos abuchearon cuando Beckham fue reemplazado a los 70 minutos.
El astro inglés regresó a Estados Unidos, pero la fiebre ya pasó.
Los Angeles convocó a 66.237 personas en el mismo estadio cuando venció a Red Bulls por 5-4 hace dos años, en el partido más concurrido de una liga estadounidense de fútbol en 27 años. La concurrencia bajó a 46.754 el año pasado cuando empataron 2-2 y el jueves fue cerca de la mitad de esta cifra, con 23.238 personas. Varias secciones de la bandeja inferior estaban cubiertas con lonas, había poca gente en la segunda bandeja y nadie en la tercera.
Alecko Eskandarian, Landon Donovan y Eddie Lewis anotaron en el primer tiempo para el Galaxy, que logró cuatro victorias seguidas en la MLS por primera vez desde septiembre y octubre de 2007 y con 27 puntos --a cuatro del líder de la Conferencia Oeste, Houston-- busca un lugar en la postemporada.
El colombiano Juan Pablo Angel convirtió un penal para los Red Bulls a los 87 minutos pero erró otro a los 90 minutos. Nueva York, con 10 puntos, está último en la Conferencia Este a siete unidades del anteúltimo y, si hubiera descenso en la MLS, se iría a la segunda categoría con seguridad. Desde que el 8 de mayo venció a San José --el otro peor equipo de la MLS, con 13 puntos--, ha perdido nueve partidos y empatado dos.
Beckham pareció hacer un esfuerzo para mostrarse amigable con Donovan, quien lo acusó en un libro publicado esta semana de no dar todo por el Galaxy al final de la temporada del 2008. El inglés abrazó al estadounidense antes del pitazo inicial y en los festejos de dos goles.
Donovan salió a la cancha al frente de sus compañeros y con la cinta de capitán que supo ser de Beckham, quien marchó a la cancha penúltimo en la fila de once titulares.
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